sábado, 12 de abril de 2008

LECCION 3 - ABRIL ESCUELA SABATICA


Lección 3

La realidad de su humanidad

MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Hebreos 4:15

Enseña a tu clase a:

1. Saber que Jesús es tanto divino como humano.

2. Sentir un deseo de cultivar la victoria sobre el pecado así como lo hizo Jesús.

3. Hacer que su vida esté libre de la esclavitud del pecado gracias al poder de Cristo.

Bosquejo de la Lección

I. El divino y humano

A. En el Nuevo Testamento, Jesús es presentado como humano y como divino.

B. Aunque era humano, Jesús vivió una vida sin pecado.

C. El hombre Jesús -siendo también Dios- merece nuestra adoración.

II. Conceptos opuestos acerca de la naturaleza de Cristo

A. Los discípulos testificaron con convicción acerca del misterio de la naturaleza divino-humana de Jesús, a pesar de cualquier oposición que se levantara.

B. Hacia fines del primer siglo comenzaron a surgir conceptos opuestos de la naturaleza de Cristo: algunos sostenían su naturaleza divina, otros su naturaleza humana.

C. La Biblia revela atributos de la naturaleza de Cristo que demuestran su humanidad, tales como la sed, el cansancio y el llanto.

III. Tentado como nosotros

A. Jesús, por su propia libre voluntad, se negó a ejercitar su poder divino mientras estuvo sobre la tierra.

B. Jesús vino a la tierra en carne, fue tentado (como nosotros), fue obediente y finalmente sufrió la muerte como un pecador, todo para beneficiar a los seres humanos caídos.

C. Como nuestro Sumo Sacerdote, Jesús comprende nuestras debilidades humanas. Por cuanto él mismo vivió y sufrió en la carne, sabe cómo es ser tentado en esa carne.

Resumen

Aunque Jesús era divino, sufrió en la carne y experimentó nuestras debilidades. No usó su divinidad para vencer el pecado y la tentación; no obstante, vivió una vida sin pecado.

Ciclo natural de aprendizaje

Paso 1

¡Motiva!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Usando Juan 1:14, conduce a tu clase a considerar la pregunta: ¿Por qué es importante la humanidad de Cristo en nuestra comprensión de la persona y la misión de Cristo?

Juan 1:1 al 3 y 14 es fundamental para comprender la naturaleza de Cristo y su importancia para el ministerio de Cristo. Este pasaje nos enseña tres grandes verdades. Primero, Juan, el discípulo amado, presenta a Cristo como el Verbo, la Palabra. Este Verbo existió desde el principio, junto con Dios, como igual y coeterno con él. Segundo, siendo Dios, el Verbo tomó sobre sí mismo la “carne” –es decir, la naturaleza humana– y habitó como hombre sobre la tierra. Tercero, la razón de su encarnación es que la raza humana pudiera ver su gloria, conociera al Padre, y la plenitud de su gracia y verdad. Es por medio de esta gracia que somos salvados (Juan 3:16; Efesios 2:5-8).

Considera: ¿Por qué fue necesario que Cristo llegara a ser humano para ser nuestro Salvador? ¿Puede Cristo ser nuestro Salvador sin su divinidad o sin su humanidad? Explícalo.

Paso 2

¡Explora!

SOLO PARA LOS MAESTROS: “La humanidad del Hijo de Dios es todo para nosotros. Es la cadena áurea que une nuestra alma con Cristo y, mediante Cristo, con Dios. [...] Cristo fue un verdadero hombre. [...] Sin embargo, era Dios en la carne” (Mensajes selectos, tomo 1, p. 286). Al estudiar la humanidad de Cristo, considera su misterio, su realidad y su relevancia.

Comentario de la Biblia

I. La humanidad de Cristo: su misterio

Dios encarnado. La palabra encarnación no se encuentra en la Biblia, pero la doctrina de que Dios en Cristo tomó la humanidad satura todo el Nuevo Testamento. Cristo se llamó a sí mismo “Hijo del Hombre” más de setenta veces. Él es el “segundo hombre [...] del cielo”, a diferencia de Adán, “el primer hombre [...] de la tierra” (1 Corintios 15:47).

¿Por qué la encarnación? Otras religiones enseñan la encarnación, pero la diferencia clave entre ellas y la Biblia es doble. Primero, la narración bíblica de la encarnación tiene el propósito final de la redención del pecado (Marcos 10:45); es que, al tomar la naturaleza humana, “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Corintios 5:19). El asumir la humanidad es la revelación máxima que dio Dios de su amor hacia la raza humana pecadora (Juan 3:16). Cristo tomó la naturaleza humana a fin de llevar “nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia” (1 Pedro 2:24). Segundo, la Biblia nunca presenta la encarnación como un mito o algo mágico, que algún ser divino juega en el drama de la lucha humana. Más bien, la Biblia revela la encarnación como un ingreso real de Dios en el espacio y el tiempo, por medio del cual el Hijo de Dios toma un cuerpo real y una naturaleza humana real, y por medio de estos inaugura y completa el plan de salvación (Génesis 3:15; Efesios 1:7, 8).

Considera: ¿De qué modo Dios llegó a ser hombre? ¿Cómo puede Cristo ser Dios y hombre al mismo tiempo? La respuesta bíblica es una invitación a una afirmación de fe: “Grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16).

II. La humanidad de Cristo: su realidad

El problema. Que Cristo haya sido realmente humano difícilmente sería hoy un problema teológico. Pero, en los primeros años de la iglesia era un problema acaloradamente debatido. Al difundirse el evangelio más allá de las fronteras de Judea, sus conversos venían principalmente de una cosmovisión griega, arraigada en el dualismo espíritu-materia, en el que el espíritu es bueno y la materia es mala. Por eso la pregunta planteada por los griegos: ¿Cómo puede Dios, quien es bueno, encarnarse en la carne humana, que es mala? Por lo tanto, para ellos, Cristo no tuvo una naturaleza verdaderamente humana, sino una apariencia, una ilusión, de un cuerpo humano. Contra esta herejía gnóstica, Juan, cuyo Evangelio es el más apremiante en su énfasis sobre la divinidad de Cristo, no solo afirma que Cristo vino en la carne (Juan 1:1-3, 14) sino también declara que “todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo” (1 Juan 4:3).

Evidencia bíblica en favor de la humanidad de Cristo. Jesús se llamó a sí mismo hombre (Juan 8:40) y fue llamado hombre por otros: Pedro (Hechos 2:22), Pablo (1 Corintios 15:21; 1 Timoteo 2:5), Pilato (Juan 19:5), los escribas (Juan 7:46). Él tuvo una madre humana (Lucas 1:26-35; Gálatas 4:4), estuvo sujeto a las leyes normales del desarrollo humano (Lucas 2:40, 52), y tuvo un cuerpo real y sangre verdadera (Mateo 26:26, 28; Hebreos 2:14; 1 Juan 4:2). Él experimentó las necesidades y las emociones comunes a los hombres: hambre (Mateo 4:2), sed (Juan 19:28), sueño (Mateo 8:24), cansancio (Juan 4:6), amor y compasión (Marcos 10:21), ansiedad (Hebreos 5:7), necesidad de obedecer (Hebreos 5:8) y dependencia de Dios (Mateo 26:39-44).

Considera: Lee Filipenses 2:5 al 8. ¿De qué manera Pablo se relaciona con las dos naturalezas de Cristo? Considera el uso que hace el apóstol: “forma de Dios” y “forma de siervo”. En ambos casos, “forma” es la misma palabra griega, morfé. ¿Qué muestra esto con respecto a la realidad de ambas naturalezas de Cristo?

“Al tomar nuestra naturaleza, el Salvador se vinculó con la humanidad por un vínculo que nunca se ha de romper. A través de las edades eternas, queda ligado con nosotros” (El Deseado de todas las gentes, p. 17). ¿Qué significa este pasaje para ti?

III. La humanidad de Cristo: su relevancia

¿Por qué Dios el Hijo tomó sobre sí la carne humana y la retuvo como un vínculo eterno con la humanidad? Puede notarse dos razones importantes:

Para revelar a Dios (Mateo 11:27; Juan 1:14). Fuera de Cristo tenemos conceptos incompletos o falsos de Dios. Los griegos concebían a Dios como mente pura, sabiduría o belleza. Algunas religiones orientales conciben a Dios como la fuerza inmóvil e inmutable que juega a las escondidas en la situación difícil de la humanidad, y luego se retira a una contemplación misteriosa de sí misma. Hay tribus que consideran a Dios en términos de fuerzas sexuales. Los humanistas interpretan a Dios en términos de imperativos morales y justicia social. Contra estas nociones, Cristo vino proclamando que “Dios es amor” (1 Juan 4:8) y que él es nuestro Padre (Mateo 6:9). “Cristo vino para revelar a Dios al mundo como un Dios de amor, lleno de misericordia, ternura y compasión” (Joyas de los Testimonios, tomo 2, p. 335).

Para tratar con el problema del pecado (Génesis 3:15; Isaías 53:4-6; Juan 3:16; Romanos 5:6-11). El propósito central de la encarnación es que Jesús salvara “a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21; comparar con 1 Juan 4:9). Por eso, el Hijo de Dios vino en la forma de un bebé indefenso en Belén, y se permitió ser el Hombre de la cruz. El apóstol dice: Dios “nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10). Sin su divinidad, Cristo no podría haber estado calificado para ser nuestro Salvador; sin su humanidad, él no habría podido tomar la cruz en favor nuestro. Él es el Dios-Hombre, Jesús el Cristo, quien nos salva del pecado, y concluye el gran conflicto por medio de su victoria sobre el pecado, la muerte y Satanás (Apocalipsis 11:15-18).

Paso 3

¡Practica!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Nota las implicaciones que tiene la humanidad de Cristo para nuestra fe y nuestra vida cristiana.

Preguntas para reflexionar:

1. “Percibo que hay peligro en tratar temas que se refieren a la humanidad del Hijo del Dios infinito” (“Comentarios de Elena G. de White”; Comentario bíblico adventista, tomo 5, p. 1.102). ¿Cuáles son algunos de estos peligros, y cómo deberíamos tratar con ellos?

2. Cristo es tanto Dios como hombre. Y él fue tentado “según nuestra semejanza” (Hebreos 4:15). La naturaleza de Cristo ¿le proporcionó alguna ventaja sobre nosotros al enfrentar el pecado? ¿De qué maneras las tentaciones de Jesús son las mismas que las nuestras o son diferentes de ellas?

Paso 4

¡Aplica!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Hemos aprendido, hasta aquí, que Jesús es tanto Dios como hombre. Como sus seguidores, ¿de qué modo nos relacionamos con esta gran verdad?

Preguntas para reflexionar:

1. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). ¿Cómo podemos relacionar esta promesa con la naturaleza divino-humana de Cristo?

2. Algunos dicen que el ejemplo moral y ético de Cristo como hombre es lo que lo hace nuestro Salvador. ¿Es esto correcto? Si es así, ¿por qué? Si no lo es, ¿por qué no es así?

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