sábado, 5 de abril de 2008

LECCION 2- ( Abril) Escuela Sabatica- material auxiliar.-



Lección 2
El misterio de su divinidad

MATERIAL AUXILIAR PARA EL MAESTRO

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Juan 17:5

Enseña a tu clase a:

1. Saber que Cristo existió (eternamente) con el Padre antes de que creara la tierra.
2. Sentir gratitud hacia Jesús por su comunión con nosotros.
3. Hacer todo el esfuerzo necesario para vivir una vida que honre al divino y preexistente Hijo de Dios.

Bosquejo de la Lección

I. La preexistencia de Cristo
A. El profeta Isaías se refiere al Mesías venidero como el eterno Dios y Padre.
B. Los escritores bíblicos muestran que Jesús existió antes de que el mundo comenzara: antes de que fuera concebido como hombre.
C. Jesús reconoció su propia preexistencia con el Padre antes de que él viniera a la tierra.
II. La unidad del Padre y del Hijo
A. La Biblia describe a Jesús como el Hijo único (monogenés) que procedió de Dios el Padre.
B. El compañerismo eterno y la comunión de Jesús con Dios el Padre continuó mientras estuvo aquí sobre la tierra.
III. La divinidad de Jesús
A. Jesús declaró: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9), mostrando que él mismo era divino.
B. Los escritores del Nuevo Testamento establecieron la verdad de que Jesús es uno con el Padre.
C. Jesús –que era tanto divino como humano– se ofreció para morir por los pecados del mundo.

Resumen

Jesús, el Hijo de Dios, existió eternamente con el Padre antes de que el mundo comenzara, y es tanto divino como humano. Jesús habló de su propia existencia con el Padre antes de venir para salvar a la humanidad, y permaneció en constante comunión con Dios mientras estuvo aquí sobre la tierra.


Ciclo natural de aprendizaje

Paso 1
¡Motiva!

SOLO PARA LOS MAESTROS: “La divinidad de Cristo”, dice Elena de White, “es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna” (El Deseado de todas las gentes, p. 489). Motiva a tu clase para estudiar cómo la divinidad de Cristo nos ayuda, a cada uno, a vivir una vida que refleje su carácter, y cómo cada uno puede confesar diariamente como lo hizo Tomás: “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28).

La diferencia entre Cristo y toda otra persona es que él es Dios. Él pretendió ser Dios, y él reconoció su misión como establecida por su Padre. Lee algunas de sus afirmaciones de divinidad (Juan 5:23; 10:30; 14:7, 9; 17:5) y analiza: ¿Estaba Jesús en lo cierto al hacer esas afirmaciones? Jesús ¿estaba en lo correcto al afirmar su divinidad, o estaba viviendo engañado? No obstante, ¿quién, en la historia, puede dar un veredicto de que Jesús fue una persona engañada, que hacía afirmaciones altisonantes?

Jesús tenía una declaración de misión para sí mismo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¿Por qué la divinidad de Jesús era absolutamente esencial para que él cumpliera su misión?

Paso 2
¡Explora!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Conduce a tu clase a centrarse en la divinidad de Cristo. Cada uno de los 66 libros de la Biblia testifica de la naturaleza y la misión de Cristo. El Antiguo Testamento miraba hacia adelante, a su encarnación, y el Nuevo Testamento mira hacia atrás, a su vida y su ministerio, y ambos testifican de la divinidad y la humanidad de Cristo. Juan 3:16 es un excelente resumen de la naturaleza de Cristo: él es el Hijo de Dios, coexistente y coigual, enviado para proveer vida eterna a todos los que creen en él.

Comentario de la Biblia

Ni la inteligencia humana ni la percepción personal pueden llegar a la verdad de que Cristo es Dios, así como la razón no puede demostrar la existencia de Dios. Esta es un área donde tenemos que depender de la fe basada en la autorrevelació n de Dios en su Palabra (1 Timoteo 3:16), y la fe revelada en su Palabra nos proporciona una comprensión del misterio que es Jesús. De allí viene la pregunta: ¿Qué dice la Biblia acerca de la divinidad de Jesús? La respuesta puede considerarse desde dos perspectivas: la de él mismo y la de otros.

I. Cristo: sus afirmaciones

¿Sabía Jesús quién era él? ¿Era consciente de su divinidad? Si no era consciente de su singularidad, entonces no tenemos el derecho de atribuirle esa característica de ser “especial”.

Jesús afirmó que tenía una relación especial de igualdad con Dios el Padre. “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). “Yo soy en el Padre, y el Padre en mí” (Juan 14:10). Tan íntima era su relación con Dios que Jesús veía como equivalente la actitud de una persona hacia él como la actitud de esa persona hacia Dios. De este modo, conocer a Jesús es conocer a Dios (Juan 12:44); el que lo aborrece a él, aborrece a Dios (Juan 15:23); honrarlo a él es honrar a Dios (Juan 5:23); creer en él era creer en Dios (Juan 12:44); y verlo a él era ver a Dios (Juan 12:45; 14:9). Predicar el evangelio era predicar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pues los tres son Personas iguales y coeternas de la Deidad (Mateo 28:19). Además, Jesús afirmó que él compartía la gloria del Padre desde la eternidad (Juan 17:5, 24). ¿Puede un hombre, por bueno y grande que sea, hacer tales afirmaciones?

Jesús no solo llamó a Dios su Padre, sino también aseveró su coeternidad con él. “Antes que Abraham fuese, yo soy”, declaró en un diálogo con los dirigentes judíos (Juan 8:58). “YO SOY” es el nombre por el cual Yahweh se reveló a Moisés (Éxodo 3:14). Jesús se aplicó este título a sí mismo, reclamando de este modo su perfecta igualdad con Dios. Y algunas personas estuvieron muy airadas porque entendían su afirmación, y estaban listas para apedrearlo por blasfemia. ¿Podría Jesús haber cometido el pecado de blasfemia? Cuando Tomás exclamó: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20:28), Jesús no rehusó ninguna de esas designaciones. Él sabía que era Dios.

Considera: ¿De qué modo las ocho grandes afirmaciones “YO SOY” (Juan 6:35; 8:12, 58; 10:7, 9, 11, 14; 11:25; 14:6; 15:1, 5) refuerzan la divinidad y la calidad de Mesías de Jesús? Sin la divinidad de Cristo, no hay una plena revelación de Dios, no hay salvación y no hay vida eterna.

Jesús realizó funciones que son prerrogativas solo de Dios. Él perdonó pecados (Marcos 2:5; Lucas 7:48). El declaró que es la vida (Juan 14:6; 11:25) y que él tenía el derecho de otorgar vida (Juan 5:21; 10:10). Vino para ser el Salvador del mundo (Mar. 10:45) y juzgará al mundo al final de la historia (Juan 8:15-17). Ninguna persona creada puede hacer tales declaraciones.

II. Cristo: Testimonio bíblico acerca de su divinidad

Cuatro testimonios bíblicos específicos son ilustrativos.

Juan 1:1-3, 14. El texto destaca cuatro puntos. El Verbo (la Palabra, es decir, Jesús, vers. 14) existió independiente y eternamente. La Palabra es distinta del Padre pero igual a él. La Palabra estaba con Dios y era Dios. El Verbo es el Creador. El Verbo es Jesús.

Mateo 1:21-23. La entrada del Hijo en la historia de Belén le dio dos nombres: Jesús, que significa “Salvador”, y denota la obra que solo Dios puede hacer, y Emanuel, que significa “Dios con nosotros”, notificando la identificació n de Dios con los seres humanos.

Gálatas 4:4. Si Cristo hubiese tenido su origen recién en Belén, habría sido sencillamente un hombre común. Pero la Biblia describe su nacimiento como una intervención divina en la historia: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo” (Gálatas 4:4). Es decir, Dios envió a su Hijo desde el trono celestial para nacer como un bebé en la tierra. Jesús se refirió a este estado preexistente cuando oró: “Glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese” (Juan 17:5).

Hebreos 1:8. Dios dice del Hijo: “Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo” (Hebreos 1:8). Dios el Padre presenta a su Hijo como Dios, en su encarnación.

Considera: Lee los siguientes textos y analiza de qué manera testifican de la divinidad de Cristo: Juan 5:23; Hechos 7:59, 60; Efesios 1:3, 4; Filipenses 2:5, 6, 10, 11; Colosenses 1:15, 16.


Paso 3
¡Practica!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Considera algunos principios importantes acerca de por qué la divinidad de Cristo es importante para el universo, así como para ti, como persona. ¿De qué modo la divinidad de Cristo desempeña un papel en tu vida?

Preguntas para reflexionar:

1. Jesús percibía su misión sobre la tierra dada por Dios cuando dijo: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos” (Mar. 10:45). ¿Cuál es tu misión, y en qué formas prácticas puedes manifestarla?

2. Elena de White señala la divinidad de Cristo en estas palabras notables: “En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra” (DTG 488). Haz una lista de lo que significan estas tres descripciones.

Pregunta de aplicación:

1. Una criatura no puede ser el Salvador. Por lo tanto, era necesario que Dios el Hijo viniera a este mundo para ser nuestro Salvador. ¿Qué dice esto acerca de aquellos de nosotros que están encargados de ser mensajeros de salvación?

Paso 4
¡Aplica!

SOLO PARA LOS MAESTROS: Aprendimos, esta semana, que Jesús es Dios. Como seguidores de Jesús, ¿qué podemos hacer con esta gran verdad? Pide a los miembros de tu clase que compartan sus pensamientos íntimos, sus temores y las promesas.

Preguntas para reflexionar:

1. “Mi Padre y yo somos uno”, dijo Cristo. Ambos son uno en naturaleza, uno en carácter y uno en propósito. ¿Es posible que digamos: “Cristo mora en nosotros”? Si es posible, ¿cómo se vería esto en nuestras vidas?

2. Aceptar a Cristo como Dios es aceptar a los demás como hermanos y hermanas, sin ninguna barrera ni prejuicio. ¿Cómo nos ayuda la divinidad de Cristo a apreciar la unidad universal entre los creyentes cristianos (Efesios 2:13, 14)?


Bendiciones

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