domingo, 4 de mayo de 2008

Lección 6

Para el 10 de Mayo de 2008

El desafío de sus dichos




¯ Sábado 3 de mayo
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 5:48; 18:21, 22; 19:3-12; Lucas 12:32-34; Juan 19:25-27.
PARA MEMORIZAR:
“¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!” (Juan 7:46).
ALGUNOS DE LOS DICHOS DE JESÚS presentan todo un conjunto de valores radicalmente opuestos a los que, a menudo, son considerados normales. Él dijo que debemos volver la otra mejilla; es decir, no debemos resistir al mal. Por supuesto, casi todos suponen que el mal debe ser resis­tido, a menudo por todos los medios posibles. Y ¿amar a aquellos que son nuestros enemigos? ¿No deberían ser odiados los enemigos? Debemos amar solo a los amigos y a los familiares, ¿verdad? No, de acuerdo con Jesús.
Pero él llega a ser aún más confuso. De acuerdo con Jesús, son los desechados, las prostitutas y otros como ellos los que entrarán en el Reino de Dios antes que muchos de los así llamados justos. ¿Cómo pue­de ser esto?
Jesús dice que los bienaventurados son los que lloran, los miseri­cordiosos, los que son puros de corazón. Pensábamos que los bienaven­turados serían los ricos, los poderosos, los que tienen buena presencia y muchos amigos, ¿verdad?
No obstante, aun estos dichos no fueron los más desafiantes que salieron de los labios de Jesús. Esta lección examinará unos pocos de los pronunciamientos de Jesús que caen en esta categoría de dichos, ya que no son enseñanzas en el sentido estricto del término.
¿Qué quiso indicar Jesús por medios de estos dichos? Y ¿cómo se espera que nosotros los apliquemos a nuestras vidas actuales?
¯ Domingo 4 de mayo
ACERCA DEL MATRIMONIO Y LA ABSTINENCIA

Algunos de los dichos más duros de Jesús tratan con el tema del matrimonio y el divorcio. Lee el siguiente pasaje: ¿Qué conceptos son claros? ¿Cuáles no son tan fáciles de comprender? Aun con lo que no está claro, ¿cuál es el mensaje esencial que Jesús está dando aquí?
Mateo 19:3-12 ____________ _________ _________ _________ _________ _________ ____________ _________ _________ _________ _________ _________ _________ __

Hay mucho que analizar en la pregunta de los fariseos. Nota, por ejemplo, la naturaleza orientada hacia los hombres en la pregunta: “¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?” (versículo 3). Por supuesto, la respuesta es no, y Jesús aclara muy bien (versículos 4-6). Pero la verdadera motivación de quien preguntó surge al llegar al versículo 7: “¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?” Yendo más allá de Moisés, Jesús estrecha los términos de una separación marital, expresándose fuertemente hacia aquellos hombres que sienten ansias de eliminar esposas. Hay solo una condición, dice Jesús: infideli­dad matrimonial. Cualquier otra causa constituiría adulterio (versículos 8, 9). Sacudidos, los discípulos entran en la discusión: “No conviene casarse” (versículo 10), afirman.
Su respuesta proporciona el impulso para una de las declaraciones más difíciles que salieron de los labios de Jesús.

Lee otra vez Mateo 19:11 y 12. ¿Quiénes son los que no pueden aceptar la tensa declaración de Jesús?
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¿Quiere decir que Jesús los exceptúa? ¿Quiénes están incluidos entre “aquellos a quienes es dado” (versículo 11)? Este grupo ¿es un grupo especial de personas moralmente (sexualmente) dotadas? ¿Qué enten­demos con la referencia de Jesús a los eunucos? ¿De qué modo se ex­plican las tres categorías de eunucos, y cómo se aplican a nosotros? La declaración más enigmática de Jesús es la que aparece al final: “El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba” (versículo 12). ¿Es esta una conce­sión divina para las personas demasiado débiles para alcanzar la elevada norma que él describió? Y, si es una concesión, ¿se aplica a todo el dis­curso acerca del divorcio?

Como a veces es el caso, hay aspectos de la Biblia que son difí­ciles de entender (2 Pedro 3:16). ¿Por qué es tan importante no que­darnos anclados en ellos, sino más bien concentrarnos en los que podemos entender, y vivirlos?
¯ Lunes 5 de mayo
ACERCA DEL PERDÓN (Mateo 18:21, 22)

Vimos, en una lección anterior, que Jesús es la personificació n del perdón. Retornamos al tema en esta lección, sin embargo, para luchar con el problema de si las declaraciones de Jesús acerca del perdón (en el pasaje indicado arriba, por ejemplo) son tan sencillas como a veces creemos que son.

Reflexiona sobre Mateo 18:21 y 22. ¿Qué clase de ofensas son las que Jesús tiene en mente? ¿De qué modo aplicamos las palabras de Jesús en casos de abusos sexuales repetidos, o abusos físicos, ta­les como los que ocurren en algunos hogares? ¿Tenía Jesús en mente ofensas muy atroces, tales como cuando alguien mata a una mujer em­barazada, le abre el vientre y se roba al bebé no nacido (como ocurrió en Melvern, Kansas, EE.UU., en diciembre de 2004? ¿Podría ser que Jesús, al hablar a gente común acerca de ofensas comunes, errores y dolores que experimentamos en nuestra relación normal los unos con los otros, da un mandato que no contempla los casos más complejos y siniestros de la criminalidad humana? ¿Qué piensas sobre esto?

Conocida en los medios como la Señorita X, ella fue a un tribunal en Chicago, EE.UU., en silla de ruedas. Levantando su cabeza y haciendo movimientos con los ojos para comunicarse, la niña de 13 años de edad testificó “acerca del ataque que sufrió en 1997 que la dejó severamente discapacitada. Ella era la tercera testigo en el juicio de Patrick Sykes, de 29 años, que era acusado de haberla violado, golpeado y haberla hecho tragar veneno para matar cucarachas durante el ataque”. –Mike Robinson, Associated Press, Washington Post (24 de marzo de 2001), p. A22.
¿Está pidiendo Jesús que las víctimas de actos horrendos perdonen no solo la primera vez que se cometió el acto, sino también la séptima? ¿Y está diciendo él que Dios nunca perdonará a aquellos que se en­cuentran incapaces de perdonar a los demonios en carne humana que los cometen? El punto no es que no debemos perdonar. Más bien, es si no estaremos aplicando mal el consejo lleno de gracia del Señor cuando lo ponemos al servicio de la clase de atrocidades aterradoras menciona­das arriba.

Al pensar acerca de la pregunta que antecede, no olvides las pa­labras de Jesús en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). Si Jesús le está pidiendo a Dios que perdone a quienes lo crucificaron (¿quiénes estaban incluidos en “los”? ¿Los soldados romanos? ¿Caifás? ¿Pilato? ¿Herodes? ¿principales sa­cerdotes y escribas?), ¿no deberíamos nosotros perdonar todo? Trae tus pensamientos a la clase el sábado.
¯ Martes 6 de mayo
ACERCA DE LA RIQUEZA Y EL DAR (Lucas 12:32-34)

Al joven rico que vino a él, Jesús le dijo: “Vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres” (Lucas 18:22). Nuestra explicación de este mandato radical generalmente ha sido que la estipulación de Jesús era específica para este joven, basado en una vislumbre profética de la necesidad del joven rico. Aquí Jesús puso su dedo sobre el gran obstáculo entre el joven y la salvación: el dinero. Pero ¿no da acaso la misma directiva a todos?
En Lucas 12:33, Jesús parece aplicar a todos los que tienen recur­sos la misma orden que le dio al joven rico: “Vendan sus bienes y den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo” (NVI).

¿Cómo debemos entender este dicho? ¿Estaba Jesús abogando por una redistribució n de la riqueza para todos los cristianos de todos los tiempos y lugares? ¿Qué problema práctico surgiría si aplicáramos en la práctica esta orden? Toma cualquier comunidad dada, en la que todos los cristianos hayan vendido todas sus propiedades y dado el producto a los pobres; ¿cuál es la condición económica de esos cristia­nos? ¿Cómo podrían sostenerse a sí mismos y a sus propias familias? Y ¿cómo obtendrían ahora los medios para llevar adelante el resto de la misión de Jesús: llevar el evangelio a nuevas fronteras, por ejemplo?


Tres consideraciones pueden ser útiles aquí. Una es notar lo que realmente sucedió durante el ministerio de Jesús mismo: su pequeño grupo parecía tener fondos a mano; Judas los guardaba (Juan 12:6; 13:29). Una segunda es considerar cuidadosamente lo que sucedió en la iglesia primitiva, entre aquellos cristianos más cercanos al ambiente en el que Jesús hizo su declaración (en Hechos 4:32-37) observamos lo que parece ser un proceso ordenado y voluntario mientras ellos procuraban seguir la orden de Jesús). Una tercera consideración es examinar lo que sucedió en la iglesia primitiva más allá del libro de Hechos (en las car­tas de Pablo, Juan, Pedro, etc., no vemos una venta masiva de propieda­des).

Cuando tomas todos estos hechos en consideración, así como la Biblia entera (que no condena la riqueza por sí misma), ¿cuál te pa­rece que era el punto que Cristo quería destacar? ¿De qué manera Lucas 12:34 capta la esencia del mensaje de Jesús?
¯ Miércoles 7 de mayo
ACERCA DE LA PERFECCIÓN (Mateo 5:48)

Para muchas personas, una de las afirmaciones más enigmáticas de Jesús está en medio del Sermón del Monte: “Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48, NVI). A lo largo de los siglos, los cristianos conscientes han luchado para alcanzar la norma que les parecía que Cristo estaba señalando, un estado de victoria com­pleta sobre el mundo, la carne y el demonio. Algunos se han flagelado y golpeado; otros han hecho peregrinaciones; otros han procurado seria­mente cumplir con la Ley. Pero ¿es eso lo que Jesús está indicando en Mateo 5?

Compara los siguientes pares de textos. Nota cómo cada uno in­forma y equilibra al otro.
Mateo 10:34-39 y Lucas 14:26, 27 ____________ _________ _________ ________
Mateo 7:7-11 y Lucas 11:9-13 ____________ _________ _________ _________ ___
Mateo 5:48 y Lucas 6:32-36 ____________ _________ _________ _________ _____

El lenguaje aparentemente severo de Jesús en Lucas 14 es suavi­zado por su paralelo en Mateo 10, que parece que nos da una mejor captación de lo que Jesús estaba tratando de decir. Y, mientras el pasaje sobre la oración en Mateo 7 presenta a Jesús prometiéndonos, acerca de “cosas buenas” (versículo 11, NVI) (las que pueden inadvertidamente con­centrar la mente en lo material), Lucas dice que Jesús comprometió, en cambio, “el Espíritu Santo” (Lucas 11:13), un cambio muy grande de perspectiva.
La misma clase de síntesis sucede en el par final de textos: donde Mateo dice que Jesús declaró: “Sed, pues, perfectos” (Mateo 5:48), Lu­cas informa que sus palabras fueron: “Sed, pues, misericordiosos” (Lucas 6:36), que, de acuerdo con ambos contextos, habla de amar a nuestros enemigos y prestar sin esperar nada a cambio. Hacer cosas como estas, dice Jesús, nos hace “hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados” (versículo 35, NVI). En Mateo, la situación es idéntica: el versículo sobre ser perfectos es precedido por la indicación de amar a los enemigos, orar por los que nos tratan mal, y que Dios envía la lluvia igualmente sobre justos e impíos. Jesús quería, de esta manera, animar­nos a ser justos como nuestro Padre celestial, quien es bondadoso y no muestra parcialidad. Esto es lo que significa perfecto en este contexto. Es cierto que es una orden muy elevada, pero ¿por qué otro ideal más alto debieran los cristianos esforzarse por alcanzar?
¯ Jueves 8 de mayo
ACERCA DE LA FAMILIA (Juan 19:25-27)

Una mujer joven se unió al malhadado grupo de David Koresh en la década de 1990, y estaba en el grupo en Waco, Texas, EE.UU., cuando su madre falleció en Canadá. Mientras se preparaba para ir al funeral, el gurú carismático interceptó sus planes. No hay necesidad, le dijo, de gastar tiempo y dinero para esos propósitos mundanos; hay cosas más importantes que hacer en el complejo. Ella no fue.

Lee los siguientes dichos de Jesús: Mateo 10:34-37; 12:46-50; Lu­cas 9:59-62; 12:49-53; 14:26. ¿De qué modo responderías a la acusa­ción de que ellos tienden a dar ayuda y apoyo a personas carismáticas como Koresh (y otros), que rebajan los lazos y las lealtades naturales de las familias?
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“Esta nueva configuración de los valores familiares, al poner una cu­ña entre lo terrenal y lo celestial [...] llega a ser un tema importante en el Evangelio de Lucas. [...] Además de las declaraciones que abarcan a todos los que guardan la palabra de Dios como los verdaderos parientes (8:19-21; 11:27, 28) [...] el Jesús de Lucas plantea el mandato sorpren­dente de ‘odiar al padre y a la madre’ –aun hasta el punto de dejar que un padre muerto se sepulte a sí mismo– como condición para el discipu­lado (9:57-62; 14:25)”. –F. Scott Spencer, What Did Jesus Do?, p. 35.
Es cierto que las declaraciones de Jesús suenan severas para los oídos modernos. Pero ¿son realmente así cuando comprendemos lo que signi­fican? En el caso de dejar que “los muertos entierren a sus propios muer­tos” (Lucas 9:60, NVI), por ejemplo, ¿había realmente muerto el padre del discípulo en perspectiva? ¿O esa persona estaba diciendo, en realidad: “Te seguiré después de que mi padre muera, y tenga asegurada toda la propie­dad”? Y ¿cómo debemos entender el dicho de Jesús en Lucas 14:26, de que ninguno puede ser su discípulo si no “aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida”? Como se señaló en la sección de ayer, el pasaje paralelo de Mateo arroja luz sobre el significado de Jesús aquí, al hablar Jesús en el texto de Mateo acerca de aquellos que aman a su padre y madre y esposa, etc., más que a él (ver Mateo 10:37). “‘Aborrecer’ muchas veces debe entenderse como un hebraísmo que significa ‘amar menos’” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 5, p. 791). La idea que Jesús estaba tratando de enseñar era la importancia de poner a Dios primero.

A menudo nuestros lazos familiares son los vínculos terrenales más fuertes que conocemos, y así es. ¿Por qué, sin embargo, debe Dios estar siempre primero, aun antes que la familia, si es necesario?
¯ Viernes 9 de mayo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Sin duda, algunos de los dichos de Jesús son difíciles de comprender, especialmente si se toman aislada­mente. Sin embargo, cuando se los considera en el contexto, especial­mente con otras declaraciones correctivas que los equilibran, muchos de ellos llegan a ser mucho más fáciles de comprender. Aun entonces resulta claro que seguir a Jesús no puede ser una cosa a medias. O nos entregamos completamente a él, sin tomar en cuenta el costo, o no nos entregamos nada a él.
“El celibato no es el estado ordinario y normal, y es un engaño del diablo el que, por sí mismo, puede conducir a un estado superior de santidad que de otro modo no sería posible. Entre los judíos, el celibato era mal mirado o lamentado, y era practicado solo por grupos extremos de ascetas, como los esenios [...]. Las Escrituras registran específica­mente que Pedro era casado, y probablemente los otros discípulos tam­bién lo estaban [...]. Jesús nunca recomendó el celibato, ya sea para los cristianos como un todo o para los líderes cristianos. No es natural, y no contribuye al desarrollo de un carácter simétrico en la forma en que lo hace una vida normal de casados.
“Las palabras de nuestro Señor (en Mateo 19:12), si se comprenden literalmente, irían en contra de todo el tenor de las Escrituras. La idea de una mutilación corporal es abominable. Parece apropiado considerar esta declaración como análoga de la declaración de Cristo en Mateo 5:30 (acerca de cortarse un miembro ofensivo)”. –The SDA Bible Com­mentary, tomo 5, pp. 455, 456.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

2. La declaración sobre el celibato que antecede parece estar pen­sada para una cultura religiosa en particular. Pero ¿de qué modos po­dría, no intencionalmente, desanimar a los cristianos que son solos o viudos, o que por otras razones encuentran que es apropiado mantener el celibato? ¿De qué maneras podemos apoyar a las personas que toma­ron esa decisión?
2. Trae a la clase tus respuestas a las últimas preguntas de la sec­ción del lunes, y analicen la pregunta sobre si el perdón tiene límites o si debiera tenerlos.
3. Una cosa es repetir textos bíblicos acerca de cómo Dios debe ser el primero, aun antes que la familia; otra cosa es, por supuesto, ejercer la fe para hacerlo. En la mayoría de las iglesias alrededor del mundo, probablemente habrá personas que han sido alejadas por sus familias por causa de su fe. ¿Qué sucede en tu propia iglesia? ¿Hay alguien allí que ha perdido a su familia por causa de su adhesión a Jesús? Si es así, ¿cómo pueden ustedes, como familia de la iglesia, ayudarla a recuperar ese déficit?

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