domingo, 29 de junio de 2008

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Introduccion General al Trimestre

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libro complementario- leccion nº1 -escuela sabatica



Libro Complementario
Grandes misioneros de Dios

Gary Krause


Capítulo 1

Pablo: El sábado y la Gestapo


H
ace varios años, en un fin de semana de énfasis en las mi­siones, los participantes analizaron las mejores maneras de presentar el mensaje cristiano en circunstancias transculturales. Juntos exploramos modos de construir puentes -en vez de crear barreras- hacia las personas de otras culturas.
El último día, un hombre se acercó al micrófono y dijo: "He dirigido campañas evangelizadoras por todo el mundo, y nunca he tenido que cambiar nada, ni siquiera mi hábito de vestir un traje. Pueden leer los Evangelios y nunca verán que Jesús cambió su estilo de ropa o de música cuando trabajaba con personas no judías".
Tenía razón, por lo menos en parte. Los Evangelios no analizan, en ningún contexto, la vestimenta de Jesús ni su elección de música. Pero, tal vez el hombre pasó por alto el hecho de que las personas no judías por las que Jesús trabajó –en Samaría y del otro lado del lago de Galilea, con los gadarenos– habrían usado los mismos tipos de ropa y probablemente gozaron de tipos similares de música de que gozaban los compatriotas judíos de Jesús.
Pero el punto más importante, por supuesto, es que Jesús cambió completamente la forma en que se presentó cuando dejó el cielo y vino a la tierra, y llegó a ser humano. ¡Ése es el ejemplo más grande de adaptación para el ministerio transcultural que el mundo vio alguna vez!
Hoy damos por sentado que el cristianismo se ha expandido por todo el mundo y ha llegado a ser la religión más grande del mun­do. Nos olvidamos de cuan dramático y revolucionario fue para la iglesia primitiva dejar de concentrarse en convertir sólo a los judíos. Fue impactante, así como lo fue el descubrimiento de la ley de la gravedad, o que la tierra se movía alrededor del sol, en lugar de lo contrario. La salvación de Dios apareció para todo el mundo y no sólo para los judíos.
"Mi propósito ha sido predicar el evangelio donde Cristo no sea conocido" (Romanos 15:20, NVI). [1]
Pablo, el "apóstol a los gentiles", afrontó el desafío de proclamar a Jesús como Señor entre los adoradores de ídolos, los filósofos, y toda clase de supersticiones por todo el Imperio Romano, y su en­foque nos proporciona lecciones destacadas para compartir a Jesús con el mundo incrédulo de hoy.
El trasfondo de Pablo y su personalidad, ayudó a equiparlo como un misionero de avanzada. Ciudadano romano, familiarizado tanto con el mundo pagano como con el judío, él también hablaba fluidamente el griego. El sirvió como misionero cuando el Imperio Romano se extendía por todo el mundo conocido entonces. Su mi­nisterio demostró que Dios no se limitaba a expresarse mediante la cultura de los judíos. El evangelio llegó a ser un mensaje vital para los que estaban inmersos en las dos culturas: griega y romana.
En toda su obra como misionero, Pablo afrontó grandes barreras de oposición: de dentro de la iglesia y de fuera de ella. Es difícil imaginarse cómo una persona tranquila y tímida hubiera podido lo­grar lo que alcanzó Pablo. Las disputas no le eran extrañas. Tuvo un agudo desacuerdo con Bernabé sobre si debían llevar consigo a Juan Marcos en un viaje misionero (Hechos 15:39). Juan Marcos había abandonado a Pablo antes y aunque éste estuvo dispuesto a perdo­narlo no estaba dispuesto a olvidarlo (Hechos 15:37-39).
Y sin embargo, Pablo mostró compasión cristiana. Vivía humil­demente (1 Corintios 4:11) sin muchas de las comodidades de la vida (2 Corintios 11:27), y dedicaba su tiempo y sus energías a establecer y nutrir a grupos nuevos de creyentes. Pablo tenía una preocupación apa­sionada por esas iglesias y era celoso en protegerlas. Trataba a sus congregaciones nuevas como si fueran sus propias hijas. Las amaba, anhelaba su afecto, y trabajaba de día y de noche para fortalecer a sus hermanos en la nueva fe. Con regularidad les escribía cartas, y siempre que podía, los visitaba para animarlas.
A Pablo le gustaba escuchar de ellos buenos informes de su fide­lidad y su dedicación a compartir el amor de Dios. Aunque a veces tenía que reprenderlos, siempre lo hacía con amor y preocupación paternales.
A veces los cristianos son llamados a actuar con energía por lo que es correcto. Aun Jesús mismo, con un azote en la mano, obligó a los cambistas a salir del templo. Pablo tampoco permitía que nada entorpeciera la proclamación de las buenas nuevas.
Dónde estaban
Por más de cien años, miles de misioneros adventistas del sépti­mo día siguieron el ejemplo de Pablo. Viajaron por los mares para compartir el amor de Jesús con personas de muchas tribus y len­guas. Desde el Asia al Pacífico Sur, desde África a las Américas, afrontaron el desafío de comunicar las buenas nuevas a personas de culturas diferentes. Y los misioneros adventistas de avanzada rápidamente aprendieron que necesitaban presentarse a sí mismos y su mensaje de maneras culturalmente relevantes.
En 1902 Harry Miller y su esposa, Maude, se graduaron en lo que hoy es la Universidad de Loma Linda. No tenían dudas acerca de lo que harían. Ambos sentían un ardiente llamado de ir a China como médicos misioneros. [2]
En los Estados Unidos, tenían la posibilidad de obtener dinero y una prestigiosa carrera médica. Harry era tan brillante que el Dr. John Harvey Kellog viajó por tren a Chicago a fin de persuadirlo para que se quedaran. Pero le dieron las espaldas a esa propuesta para aceptar vivir y trabajar entre los pobres de China.
Los Miller viajaron con otra pareja de médicos jóvenes y dos enfermeras. Al llegar, tanto Harry Miller como el otro médico de inmediato se afeitaron la cabeza dejando unas colas en la parte de atrás de la cabeza, y se vistieron como la gente local. Eso no lo habían aprendido en la escuela de medicina. Pero intuiti­vamente sabían que cuanto más se parecieran a la gente local, tanto más efectivos serían ellos. Cuantas más barreras culturales pudieran derribar, tanto más fácil sería que la gente los aceptara. Y durante los cincuenta años del ministerio del Dr. Miller en China, el pueblo chino llegó a amarlo entrañablemente.
Es difícil estimar en menos el impacto de Miller. Clarence Hall, editor en jefe de Readers Digest comparó a Miller con David Livingstone, "cuyas habilidades dedicadas marcaron indeleblemen­te los mapas con la cualidad humanitaria cristiana en los lugares más lejanos del mundo".
Es cierto que el Dr. Miller se asoció con la élite de la sociedad china. Por ejemplo, el hermano y médico del dirigente político de la República de China, el general Chiang Kai-Shek y su esposa, Mao. En palabras de su biógrafo, Raymond Moore, Miller "trató a casi cada gobernante importante en China desde la fundación de la República, sin mencionar a innumerables embajadores, senadores y a los príncipes de la industria y los inventores de todo el mundo".
Pero Moore añade: "Consideraba estos logros sencillamente como portales hacia un servicio mayor: la elevación de los menos privilegiados, la alimentación de los hambrientos, y la tierna cura­ción de los desafortunados enfermos". El sabía cómo era vivir entre la gente en una "cueva de mendigos": una choza de tres paredes, abierta a la lluvia, los mosquitos y los piojos. Y a menudo realizaba cirugía en los campos abiertos a fin de prevenir que bichos y hojas cayeran sobre sus procedimientos quirúrgicos.
Siguiendo el ejemplo de su Maestro, el Dr. Miller salió al en­cuentro de la gente donde ella vivía y trabajó a su mismo nivel; llegó a ser uno con ellos.
Rebelde
Cuando las personas toman en serio la tarea de la contextualización, sus actos a veces parecen extraños o irritantes. Podemos llegar a estar tan cómodos con la forma en que siempre hemos hecho algo, que cualquier cosa diferente nos amenaza.
Hace algunos años escribí un editorial para el South Pacific Record [Revista del Pacífico Sur] acerca de la necesidad de traducir nuestro mensaje en términos que la gente pudiera entender. Recibí una "carta al editor" de parte de una mujer que estaba en desacuer­do. Ella era maestra y dijo que había habido una moda en círculos educativos de tratar de concentrarse en los alumnos como indivi­duos en lugar de enseñar el "currículo" [programa]. Ella dijo que el experimento había sido un desastre porque los alumnos no estaban aprendiendo. La marea, dijo, se había vuelto atrás hacia la enseñan­za del programa.
Ella tenía un poco de razón. Al adaptar nuestro mensaje a nues­tra audiencia, debemos evitar la trampa del sincretismo, en el que nuestro mensaje llega a estar tan cubierto por las creencias y prác­ticas de la audiencia que pierde su significado. No debemos traicio­nar nuestro mensaje y llegar a ser exactamente iguales a la gente que tratamos de alcanzar.
Es una locura diluir nuestras doctrinas y creencias a fin de aco­modarnos a cualquier moda o capricho cultural. Si tenemos la ma­nía de ser "relevantes" , estaremos siempre tratando de alcanzarlos y siempre seremos irrelevantes. En lugar de presentar alternativas, estaremos siguiendo la agenda del mundo. Y no seremos fieles a Dios o a su Palabra.
El cristianismo no es un partido político. No podemos lograr nuestra misión sólo con hacer encuestas, alimentando a la gente con lo que quiere escuchar y cuando desea hacerlo. Si nuestro mensaje vale la pena creerlo, debería hablar a la cultura y no ser dictado por ella. Por otro lado, si sólo recitamos las veintiocho creencias funda­mentales a un bosquimano del Kalahari o a un corredor de bolsa de Nueva York, podremos haber enseñado el programa, pero no hemos comunicado el mensaje.
Cuando hablamos de adaptar nuestro mensaje para alcanzar a la gente en diferentes contextos, no estamos hablando acerca de cam­biar o comprometer la verdad. No estamos diciendo que Jesús no es Dios o que el miércoles es el sábado del Señor, o que hay un infier­no perpetuo. Estamos hablando de encontrar formas más efectivas para decir que Jesús es Dios, que el séptimo día de la semana es el sábado, y que cuando morimos Dios no se convierte instantánea­mente en un tirano amante del fuego.
El sábado y la Gestapo
Hace varios años yo estaba estudiando en una universidad en Sydney, Australia. Se acercaban los exámenes, y algunos compañeros hablaban acerca del estrés de estudiar todo el fin de semana sin ninguna interrupción. Les dije que siempre me tomaba una interrupción de veinticuatro horas los fines de semana. Lo hacía por razones es­pirituales, pero también tenía sentido físicamente. Quedaron pasma­dos. "Pienso que voy a probar eso", me dijo uno de ellos.
Mi enfoque no era el tradicional "aquí está lo que dice la Biblia". No convertí a mis compañeros de clase. Pero intenté poner el sába­do a un nivel con el que se pudieran relacionar. ¿Tal vez planté una semilla? ¿Tal vez fue un punto de partida?
¿Tenía el sábado más de lo que les conté? Ciertamente. Pero ninguno de mis compañeros de curso creían que la Biblia era la Palabra de Dios, de modo que no podía sentarme y darles un estu­dio bíblico profundo sobre el tema. No comprometí la verdad; traté de encontrar un "nivel de entrada" donde pudiera comenzar a tener sentido para ellos.
C. S. Lewis hizo algo parecido acerca de enseñar el perdón cris­tiano a algunas personas en su tierra natal, Inglaterra. "Si realmente queremos aprender cómo perdonar, tal vez lo mejor sería comenzar con algo más fácil que con la Gestapo". [3] Lo que quería decir era que necesitamos graduar nuestra entrega del mensaje. Lewis es­taba escribiendo poco después de la Segunda Guerra Mundial. El recuerdo de las atrocidades nazis todavía pesaba en la mente del público británico. ¿Se extenderían el amor y el perdón de Dios a un miembro arrepentido de la Gestapo? Por supuesto. ¿Sería éste el mejor lugar para comenzar a enseñar a un inglés de ese tiempo acerca del perdón de Dios? Por supuesto que no.
El pastor Frank Maberly sirvió como misionero adventista de avanzada entre el pueblo enga de Papúa Nueva Guinea. "Durante tres siglos estas personas no tuvieron intercambio cultural con otras personas", dijo su hijo, el pastor Cliff Maberly. "[Mi papá] descu­brió que estas personas creían en una trinidad, y que tenían un altar para restaurar la relación entre Dios y el hombre. Hasta tenían un lugar santísimo interior con dos piedras, rociadas con la sangre de cerdos sacrificados una vez por año". También reverenciaban diez piedras sagradas.
El pastor Maberly ansiosamente relacionó el mensaje bíblico con las prácticas culturales familiares, usándolas como una cuña de entrada para las verdades bíblicas.
Pablo y los demás apóstoles en la iglesia cristiana primitiva afrontaban otro "problema": cómo incorporar a las personas an­siosas de aprender, de un ambiente totalmente diferente, pero que querían unirse a su compañerismo. Los primeros cristianos eran, por supuesto, judíos que creían en Jesús, el Mesías. Pero después de unos pocos años, mayormente por causa de la obra de Pablo, los gentiles comenzaron a interesarse en el cristianismo.
Los apóstoles se reunieron en Jerusalén para analizar cuál era la mejor manera de acercarse a este concepto. Aunque no tenemos acceso a una transcripción completa de su reunión, Hechos 15 nos da una idea de lo que sucedió allí.
Todos los actores principales estuvieron presentes, incluyendo Pablo. El apóstol Santiago, quien fue probablemente el hermano de Jesús, dio uno de los discursos más importantes. "Yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios" (Hechos 15:19, NVI).
Si Santiago estuviera hablando hoy, algunos podrían acusarlo de tratar de "diluir" el mensaje. Pero Santiago no estaba sugiriendo que se comprometiera la verdad. Estaba sugiriendo -en realidad, suplicando- que el mensaje fuera significativo para la cultura que estaban tratando de alcanzar. "Por favor, no pongan barreras inne­cesarias".
¿Qué hay con la Iglesia de los Adventistas del Séptimo Día de hoy?
"Cristo comisionó a sus discípulos para que proclamasen una fe y un culto que no encerrasen idea de casta ni de país, una fe que se adaptase a todos los pueblos, todas las naciones, todas las clases de hombres", escribió Elena G. de White. [4]
Imagínese que un sábado llega a lo que piensa que es una igle­sia. Pero no es como ninguna iglesia que alguna vez haya visto. No tiene paredes, ni asientos, ni himnarios. Nadie tiene puesto un traje. Nadie usa corbatas. De hecho, todos usan mantos.
Tampoco hay sillas, de modo que usted se sienta en el suelo junto con todos los demás, esperando que alguien se levante y les dé una bienvenida, haga una oración, y anuncie el primer himno. Pero de repente todos comienzan un canto más bien monótono. Es sonoro, intenso, y expresado con profundo fervor.
Después de unos cinco minutos usted se pregunta por cuánto tiempo esto va a seguir. Diez minutos, veinte minutos. Finalmente, usted se vuelve a su traductor y le pregunta qué está pasando. El le explica que están recitando textos acerca de la grandeza de Dios. Treinta minutos, cuarenta y cinco minutos, y el culto de adoración concluyó.
Usted acaba de asistir a una "iglesia" con un grupo nuevo de Misión Global en un país del sudeste asiático. No hubo sermón. No hubo himnos. Y sin embargo, el culto hizo que el mensaje de las Escrituras fuera significativo y relevante para la gente dentro de su cultura.
Hace algunos años yo estaba en el país de Burkina Faso, en el África Occidental, con Mike Ryan, que era en ese entonces el di­rector de Misión Global para la iglesia mundial. Mike tenía una gran pasión por plantar iglesias y asegurarse que se hiciera bien. Estábamos visitando a un pionero de Misión Global y su congre­gación de nuevos creyentes, y yo saqué una cámara de video para captar el culto de adoración. Ellos comenzaron a cantar, pero esta­ban cantando un himno occidental, en forma incómoda y torpe, y para ser franco, como que lo arrastraban.
Mike se acercó al pionero y le susurró algo al oído. El pionero sonrió ampliamente, detuvo a los feligreses, y les habló en el idioma local. Comenzaron de nuevo: esta vez alabando significativamente a Dios con un tambor y batiendo palmas con una música alegre, bien entonada y rítmica.
En ambos escenarios, estaban honrando a Dios. La Palabra de Dios tiene aplicaciones sin limitación de tiempo a través de fron­teras culturales. Su mensaje no necesita un pasaporte cultural o una visa. Habla a la gente en donde se encuentra, dentro de los paráme­tros de su propia experiencia.
Naturalmente, cada uno de nosotros se siente más cómodo con ciertas expresiones culturales. Pero no podemos permitir que nues­tros gustos o preferencias personales determinen la forma en que compartiremos nuestro mensaje. Debemos alcanzar a la gente don­de está, con palabras y acciones que pueda comprender y apreciar.
Nunca olvidaré mi conversación con el primer anciano de una iglesia a la que asistí. El hombre, próximo a su jubilación, me dijo que él no se interesaba con los cantos nuevos que se cantaban du­rante el culto de adoración. Su preferencia eran los himnos tradi­cionales. "Pero, Gary, yo puedo ver cómo están ministrando de esta manera a los jóvenes", me dijo. "Y si mis dos hijos hubieran asistido a una iglesia como ésta, tal vez nunca hubieran dejado la Iglesia Adventista del Séptimo Día".De algún modo pienso que este primer anciano y el apóstol Pablo hubieran sido buenos amigos.
[1] Las citas de las Sagradas Escrituras proceden de la Versión Reina Valera, revisión de 1960 (en adelante, RV60), a menos que se indique otra cosa, © Sociedades Bíblicas Unidas. Las referencias a la Nueva Versión Internacional serán indicadas con la sigla NVI.
[2] La información en esta sección sobre Harry Miller procede de Richard A. Schaefer, Legacy: Daring to Care [Legado: atreverse a estar interesado], http://www.llu. edu/info/ legacy/Legacy25. html
[3] C. S. Lewis, Mere Christianiíy (HarperCollins, 2001), p. 116.
[4] El Deseado de todas las gentes, p. 759.

Lección 1
5 de Julio de 2008

Para un tiempo como éste: El apóstol Pablo

Pensamiento Clave: La vida y el ministerio de Pablo son un modelo de testimonio poderoso al mundo para nuestra misión en la actualidad.

1. Permite que un voluntario lea Hechos 22:3-5, 25-29.
a. Comparte con los miembros de tu clase algunas breves reflexiones en cuanto a la idea fundamental de estos versículos.
b. ¿Cuán difícil es hacer que una persona vaya contra su educación, cultura y hábitos para escuchar y seguir el Evangelio? ¿Hay que tomar medidas extremas para evangelizar a una persona?
c. Aplicación Personal: ¿Conoces personalmente a alguien que se opone fervientemente a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y sus miembros? ¿Es posible que a través de mucha oración y mucho esfuerzo Dios pueda convertir a esa persona como lo hizo con Pablo? Comparte tus reflexiones al respecto.
d. Estudio de Caso: Uno de tus parientes declara: "Pablo cuestionó al soldado con respecto a si era legal lo que estaba haciendo, y le dejaron. ¿Se supone que nosotros, como cristianos, debemos reclamar nuestros derechos y usar la ley para nuestro provecho, o debemos confiar en que Dios se hará cargo de todo?” ¿Cómo le responderías a tu familiar?

2. Solicita que un miembro de la clase Hechos 16:35-40.
a. Comparte con la clase algunos momentos de reflexión en cuanto a la idea principal de estos versículos bíblicos.
b. ¿Por qué Pablo se inquietaría por que una mujer proclamara que él era siervo del Dios Altísimo? ¿Acaso eso no era algo bueno? Comparte tu opinión al respecto.
c. Aplicación Personal: ¿Alguna vez te has sentido ofendido por personas que estaban equivocadas? ¿Fue eso público? ¿Exigiste que eso se disculpara públicamente? ¿Crees que es correcto hacerlo en cada caso, o sólo cuando involucre aspectos espirituales y tu fe? Comparte tus ideas al respecto.
d. Estudio de Caso: Uno de tus amigos te comenta: "Pablo y Silas fueron públicamente azotados por un una multitud ordenado por los magistrados, lo cual era algo altamente ilegal. Luego fueron puestos en prisión. En la actualidad, no pediríamos una disculpa pública. Los llevaríamos a los tribunales, los demandaríamos, y exigiríamos una compensación monetaria por daños y perjuicios. Pero se supone que los cristianos no demandan a las personas por dinero, ¿no es así?" ¿Cómo le responderías a tu amigo?

3. Designa a un hermano para que lea Hechos 9:1-19.
a. Comparte algunos instantes de reflexión en relación al significado de estos pasajes de la Biblia.
b. Indicar dos cosas literales que son mencionadas en esta historia que tengan una aplicación espiritual. (Nota: Ejemplo 1: La ceguera de Pablo – Quedó literalmente ciego porque previamente fue un ciego espiritual. Ejemplo 2: La calle llamada Recta – la senda estrecha y recta a la salvación. Ejemplo 3: Ananías otorgándole visión a Pablo.)
c. Aplicación Personal: Comparte una experiencia en la cual Dios extremó medidas para alcanzar a alguien con la verdad; ya sea contigo mismo, con una persona a la que le dabas estudios bíblicos o a alguien que conoces personalmente.
d. Estudio de Caso: Uno de tus vecinos te pregunta: "¿Está diciendo que si alguien se opone a la Iglesia Adventista y sus miembros, como tú y yo, está en realidad luchando contra Dios? ¿No puede Él estar de ambas partes? ¿O no puede estar de parte de ellos porque no lo comprenden todo?" ¿Cómo le responderíamos a nuestro vecino?

4. Solicita que un voluntario 1 Tesalonicenses 4:13.
a. Comparta brevemente algunas ideas en relación al significado de este pasaje de la Biblia.
b. ¿Por qué razón Pablo no quería que las personas fueran ignorantes con respecto a la muerte? ¿Cómo encaja esto en su énfasis en el Evangelio?
c. Aplicación Personal: ¿Cómo ayudas a la gente a no ser ignorante con respecto a la muerte? ¿Por qué eso es importante para nosotros como adventistas?
d. Estudio de Caso: Piensa en alguna persona que necesite escuchar el mensaje de la lección de esta semana. Cuéntale al resto de tu clase como harías para compartir esta lección con dicha persona durante esta semana.

“La verdad que no se practica, que no se comunica, pierde su poder vivificante, su fuerza curativa. Su beneficio no puede conservarse sino compartiéndolo” (Elena G. de White; Ministerio de curación, p. 108).

Libro Complementario- Grandes misioneros de Dios



Libro Complementario
Grandes misioneros de Dios

Gary Krause


Prefacio


E
staba sentado en un taxi junto a mi amigo, el pastor Kwon JohngHaeng. El es el coordinador de las misiones adventistas para el norte de Asia, y cuenta sólo con un puñado de cristia­nos entre una población como la arena del mar. Analizamos el sa­crificio de los misioneros y el enorme campo misionero que tenían por delante. Oí que su voz estaba por quebrarse y me di vuelta para ver cómo se enjugaba una lágrima de sus ojos. ¿Cuándo fue la últi­ma vez que lloré por los que no conocen a Jesús? –me pregunté.
Hoy vi una encuesta en la que los feligreses marcaron cuáles eran las metas más importantes para su iglesia local. Las primeras cinco tenían que ver con el crecimiento y el desarrollo espiritual personal. La extensión hacia otros estaba abajo en la lista y sólo el 12 por ciento había elegido "Trabajar para el crecimiento de la iglesia", y el 11 por ciento indicó "Transformar la comunidad" como una meta.
¿Qué queremos, realmente, que sea nuestra iglesia? ¿Un club social que se concentra en sí mismo? ¿O seguidores de Jesús que se extienden con su amor hacia las personas y las comunidades por todo el mundo?
Este libro procura obtener inspiración de los hombres y las mu­jeres de la Biblia que participaron en la misión divina que transforma vidas. Al considerar sus ejemplos, quiera Dios que seamos inspirados a derribar las barreras actuales para que podamos ver mejor al mundo que necesita a Jesús.No puedo echar la culpa a nadie por este libro, pero quiero agra­decer a unas pocas personas por la inspiración y ayuda que me dieron de muchas maneras. A mi maravillosa esposa, Bettina, a Bethany, el regalo que nos dio Dios hace dos años, a los cuatro abuelos de Bethany, al tío Wayne, así como a Chris Blake, Jim Coffin, Jane Fernández, Clifford Goldstein, Don Hansen, Bruce Manners, Andy Nash, Bronwyn Reid, Mike Ryan, David Vandevere, a los directores del Centro de Estudios de Misión Global, y al equipo de Misiones Adventistas.
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leccion nº1 Maestros-Escuela sabatica -julio 2008


Lección 1

Para el 5 de Julio de 2008

Para un tiempo como éste:
El apóstol Pablo




¯ Sábado 28 de junio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hechos 9:1-9; 22:25-29; Romanos 7:19-25; 11:1; Filipenses 3:5; 2 Pedro 1:3-8.
PARA MEMORIZAR:
“Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (Romanos 15:17).
PENSAMIENTO CLAVE: El apóstol Pablo tuvo un impacto poderoso sobre el mundo de ese entonces, al difundir el cristianismo más allá de los confines geográficos de Israel y del pueblo judío. Su vida y su mi­nisterio son un modelo para nuestra misión hoy.
La idea de que las buenas nuevas eran también buenas nuevas para los gentiles fue un golpe para las personas que, a pesar de las enseñanzas de sus propios profetas, habían crecido con una comprensión diferente. La salvación de Dios era para el mundo entero, no solo para el pueblo judío. ¡Qué cambio de paradigma!
El apóstol Pablo fue un líder clave al actuar sobre esta revelación. Su trasfondo, su personalidad y el llamado que le hizo Dios lo hicieron la persona correcta, en el momento oportuno, para guiar a la iglesia a esa nueva era de misión a toda la gente.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día pasó por un proceso similar durante la última parte del siglo XIX, cuando comenzó su obra de mi­siones fuera de los Estados Unidos. Este fue un paso radical, que puso el fundamento para la obra de las misiones adventistas internacionales en más de doscientos países.
¯ Domingo 29 de junio
LOS ANTECEDENTES DE PABLO

El apóstol Pablo es, tal vez, la persona más influyente del Nuevo Testamento, fuera de Jesús mismo. Llevó las buenas noticias acerca de Jesús a gran parte del mundo de ese entonces.
Pablo nació en Tarso, que era entonces la capital de la provincia romana de Cilicia, en lo que actualmente es Turquía. Esa área era nota­ble por los géneros de pelo de cabra, que se usaban ampliamente para hacer carpas o tiendas, que era el oficio de Pablo (Hechos 18:3).

Lee Hechos 22:3 al 5, 25 al 29, Romanos 11:1 y Filipenses 3:5. ¿Qué nos indican estos pasajes acerca de Pablo, que podría ayudar­nos a comprender por qué él pudo ser un testigo tan efectivo en ese momento de la historia?
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La ciudadanía romana por nacimiento era altamente valorada. En los días de Pablo, una persona podía comprar la ciudadanía romana por quinientas dracmas, casi el sueldo de dos años de un obrero prome­dio. La ciudadanía romana proporcionaba ciertos privilegios: seguridad contra los azotes; no se le podía aplicar la sentencia de muerte sin un juicio (Hechos 22:23-29); el derecho a votar, a hacer contratos, a tener un matrimonio legal; y la exención del pago de impuestos.
Y, sin embargo, también era judío, con una rica herencia espiritual. En años posteriores, a menudo se refería a su herencia y decía: “Instrui­do [...] estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros” (Hechos 22:3).
Pablo descendía de la tribu de Benjamín, fue criado como fariseo y estudió bajo el gran Gamaliel (versículo 3), uno de los más destacados maestros judíos de ese tiempo. Sabemos, por la carta de Pablo a los Gálatas, que él tenía un “celo exagerado por las tradiciones de mis an­tepasados” (Gálatas 1:14, NVI). Este celo se tradujo en una gran persecu­ción hacia los que llegaban a ser seguidores de Jesús.
Pablo, un judío celoso, un ciudadano romano, pronto llegaría a ser el más grande apóstol que alguna vez el mundo vio.

¿Qué aspectos de tu vida (nacionalidad, educación, crianza, etc.) pueden servirte en forma especial al testificar? ¿Cómo puedes apro­vechar tu trasfondo para testificar mejor por el Señor?
¯ Lunes 30 de junio
PABLO: SU CONVERSIÓN Y LLAMAMIENTO

El apóstol Pablo no siempre fue el apóstol Pablo, sino Saulo de Tarso, perseguidor de la iglesia primitiva. Luego tuvo una experiencia que le marcó el camino que no solo cambiaría su vida sino también la historia misma.

Lee, en Hechos 9:1 al 9, la experiencia de la conversión de Pablo. ¿Qué le ocurrió a él que lo cambió tanto? ¿Cuán difícil debió haber sido para él aceptar que había estado tan terriblemente equivocado acerca de Jesús?
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Pablo no necesitó ninguna explicación teológica profunda antes de entregarse a Jesús. Allí mismo Pablo se entregó al Señor, declarando: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). El ardiente adversario de Jesús ahora era su quebrantado y humilde siervo.
Después de su conversión, Pablo se encontró con Pedro, Santiago y Juan –los “pilares” entre los apóstoles– y estuvieron de acuerdo en que la vocación especial de Pablo era ir como apóstol a los gentiles (Gálatas 2:7-9).

Lee Hechos 13:47 e Isaías 49:5 y 6. ¿Qué título y propósito se aplicaron Pablo y Bernabé a sí mismos, que también fueron aplicados a Jesús (Lucas 2:30-32)?
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Aunque Pablo se veía como un enviado o un instrumento espe­cial para alcanzar a los gentiles, también compartía las buenas nuevas con el pueblo judío. De la misma manera, otros apóstoles como Pedro predicaron mayormente a los judíos, pero Dios también los usó para testificar a los gentiles. De hecho, Pedro fue el primer apóstol en ex­tenderse a los gentiles (ver Hechos 10).
Lo más probable es que pocos de nosotros hayamos tenido la clase de conversión dramática que tuvo Pablo. No obstante, todos nosotros, en algún momento, necesitamos la conversión. ¿Cuál fue la experiencia de tu conversión? Pero, más importante todavía, ¿qué aprendiste de esa experiencia que te podría ayudar a conducir a otros a tener también una conversión propia?

¯ Martes 1º de julio
PABLO: UN HOMBRE DE PASIONES SEMEJANTES

Es muy fácil considerar a Pablo, el gran apóstol a los gentiles y, con la excepción de Jesús mismo, la mayor fuerza en todo el cristianismo, como una especie de superhombre, un santo sin manchas y un heraldo de la fe.
No obstante, ese no es el cuadro presentado en el Nuevo Testa­mento. Las Escrituras nos ponen a todos bajo el pecado, y nos pinta como pecadores que necesitan de la gracia divina. El apóstol Pablo no es tampoco una excepción.
A veces Pablo parece impulsivo, casi agresivo. A menudo se man­tuvo defendiendo sus derechos. Cuando él y Silas estuvieron en la cár­cel, apeló a sus derechos como ciudadano romano (Hechos 16:35-40). Más tarde, cuando estuvo ante la corte de Agripa, apeló a César, lo que tenía derecho de hacer como ciudadano romano (Hechos 25:11, 12). Si él hubiera esperado sin demandar sus derechos, podría haber sido liberado (Hechos 26:32).

¿Qué podemos aprender acerca de Pablo en los siguientes textos: Hechos 15:37 al 39; Romanos 7:19 al 25; 1 Corintios 9:27; 2 Corin­tios 12:7?
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Es un consuelo saber que un gigante de la fe como lo fue el após­tol Pablo no fue perfecto. A veces cometió errores. Necesitaba diaria­mente de la gracia y el perdón de Jesús en su vida, así como los ne­cesitamos nosotros. De hecho, por todo lo que podemos ver en sus escritos, Pablo era muy consciente de su propia pecaminosidad. Sin duda, por lo menos parcialmente, esta percepción de sus propias debi­lidades y faltas lo hizo un maestro tan poderoso de la gracia salvadora de Dios.

Lee Romanos 7:24. ¿Qué nos indica este texto acerca de la com­prensión propia que tenía Pablo? ¿Qué esperanza y consuelo puedes obtener tú mismo de estas palabras?
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Aunque Pablo no fue perfecto, Dios lo usó de todos modos. ¿Por qué es importante que aunque seamos conscientes de nuestras faltas, y reclamando de Dios las promesas de victoria, no permitamos que ellas nos desanimen de trabajar para el Señor?

¯ Miércoles 2 de julio
VIDA Y SALVACIÓN POR MEDIO DE CRISTO
Varios temas principales dominan y motivan la vida y la misión del apóstol Pablo. Primero en la lista estaba la historia de Jesús crucificado. Este evento era la base de todo lo que él enseñó e hizo. Él escribió a los corintios: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2), y a los gálatas: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo” (Gálatas 6:14). Estos versículos muestran que, para Pablo, la cruz de Cristo (que necesariamente incluye también su resurrección) era el tema central de toda su teología.
A través de todos sus escritos, Pablo describe de muchas maneras diferentes los enormes resultados de lo que Jesús hizo por medio de la Cruz para salvar a la humanidad.

Lee los siguientes textos en los que Pablo describe la salvación. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de lo que Cristo hizo por nosotros?
Romanos 5:10 ____________ _________ _________ _________ _________ _____
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Romanos 6:18 ____________ _________ _________ _________ _________ ____
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Romanos 7:2-4 ____________ _________ _________ _________ _________ ___
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Romanos 8:15-17 ____________ _________ _________ _________ _________ _
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Gálatas 2:16 ____________ _________ _________ _________ _________ _____
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Efesios 1:7 ____________ _________ _________ _________ _________ _______
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1 Timoteo 2:6 ____________ _________ _________ _________ _________ ____
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1 Pedro 1:18, 19 ____________ _________ _________ _________ _________ __
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Pablo usa una cantidad de imágenes diferentes y cuadros verbales para describir lo que Jesús hizo por nosotros. Lo más probable es que sea porque ninguna imagen sola puede hacer justicia a la grandeza de lo que él realizó por nosotros en la Cruz.

¿Cuán central es la Cruz en tu propia teología? ¿Cuán concen­trado estás en ella? ¿Por qué es importante mantener la Cruz en el centro de todo nuestro testimonio?

¯ Jueves 3 de julio
TEMAS DE ESPERANZA

En la sección de ayer, vimos cómo la muerte de Cristo en la cruz fue el tema clave de la vida y las enseñanzas de Pablo. Hoy nos referi­remos brevemente a algunos otros temas principales de Pablo.
Vivir una vida piadosa (santificació n). Pablo hace que resulte bien claro, a través de todos sus escritos, que la salvación es gratuita, un don que no podemos ganar ni merecer (Romanos 5:15; 6:23; Efesios 2:8). Pero la salvación no nos da libertad para conducirnos como lo hacíamos antes de encontrarnos con Jesús. En respuesta a su gracia, debemos vivir co­mo Jesús nos pide que vivamos.
Pablo escribió a Timoteo: “Sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1 Timoteo 6:11). No hacemos lo que es correcto para que Jesús nos salve; hacemos lo que es correcto porque hemos sido salvados. De hecho, Pablo dice que fuimos “creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10).
No obedecemos a Dios para que él nos ame, nos acepte o nos dé un boleto de entrada al cielo. Cuando aceptamos el regalo de la sal­vación, somos aceptados total e incondicionalmente. Obedecemos a Dios porque su poderoso amor nos conduce a hacer buenas obras. Le obedecemos porque su amor nos impulsa a hacerlo (ver 2 Corintios 5:14).

Lee 2 Pedro 1:3 al 8. ¿Qué razones presenta Pedro para vivir una vida piadosa? ¿Qué otras razones puedes añadir a ellas?
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Pablo escribió que él no quería que ignoráramos acerca de lo que sucede cuando mueren las personas (1 Tesalonicenses 4:13). ¿Por qué es im­portante que entendamos la verdad acerca de la vida después de la muerte?
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Los temas clave de Pablo están todos vinculados. Por medio del sacrificio propio de Jesús y de su resurrección, él conquistó la muerte. Él retornará para traer su don de vida eterna a sus hijos fieles (ver los versículos 13-18) en ocasión de la resurrección de ellos. Estos seguidores de Jesús han demostrado su amor por él por la manera en que vivieron sus vidas (ver Efesios 4:20-32).

¿Cuál es la esperanza del cristianismo que significa más para ti? Esto es, de todas las promesas que tenemos, ¿cuál es la promesa que te ofrece la mayor esperanza, y por qué? Escribe tu respuesta y llé­vala a la clase el sábado.

¯ Viernes 4 de julio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee, en Los hechos de los apóstoles, el capítulo “De perseguidor a discípulo”, en las páginas 93 a 101.
“La creencia en una falsedad no convirtió a Pablo en un hombre bondadoso, tierno y compasivo. Era un fanático religioso, grandemente airado contra la verdad concerniente a Jesús. Recorría el país prendien­do a hombres y mujeres, y llevándolos a la prisión” (Mensajes Selectos, tomo 1, p. 252).
“El apóstol Pablo tenía todos los privilegios de un ciudadano ro­mano. Él no se había quedado atrás en la educación hebrea, porque había aprendido a los pies de Gamaliel; pero todo esto no lo capacitó para alcanzar la norma más elevada. Con toda esta educación científica y literaria, hasta que Cristo se le reveló, anduvo en completa oscuridad, como hay muchos actualmente. Pablo llegó a ser plenamente conscien­te de que conocer a Jesucristo, por un conocimiento experimental, era para su bien presente y eterno. Vio la necesidad de alcanzar una norma elevada” (Elena G. de White, Adventist Review & Sabbath Herald, 18 de julio de 1899).
“Hay una gran verdad central que siempre debe tenerse en cuenta en la investigación de las Escrituras: Cristo y él crucificado. Todas las otras verdades reciben influencia y poder de acuerdo con su relación con este tema. Solo a la luz de la Cruz podemos discernir el supre­mo carácter de la Ley de Dios. El alma paralizada por el pecado solo puede recibir vida mediante la obra cumplida en la Cruz por el Autor de nuestra salvación”. –“Comentarios de Elena G. de White” (Comentario Bíblico Adventista, tomo 6, p. 1.084).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. ¿Qué creencias son las más importantes para ti? ¿Cómo afectan la forma en que vives? ¿Cómo respondes a quienes tienen otras creen­cias, tal vez aun contrarias a las tuyas, pero con la misma intensidad?
2. ¿Cuán central es la Cruz en tu propia iglesia local? ¿Qué po­drían hacer, ya sea en forma individual o como clase, para ayudar a que, como Pablo, Cristo y él crucificado sean centrales en tu iglesia y en su extensión a la comunidad local?
3. En la clase, compartan las respuestas que dieron a la pregunta final de la sección del jueves.

leccion Nº1 - julio 2008.- escuela sabatica(estudio adicional)



Lección 1
5 de Julio de 2008


Para un tiempo como éste: El apóstol Pablo
Prof. Sikberto Renaldo Marks


Versículo para Memorizar: “Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (Romanos 15:17).


Introducción

Los hombres fuertes de la Biblia, con excepción de Jesús, como Noé, Elías, David, Abrahán, Salomón o Pablo, llamados para grandes momentos decisivos, fueron también hombres que cometieron errores. Pablo fue enviado a los gentiles (los no judíos), y él prácticamente abrió la predicación del evangelio más allá de Judea.

Antes de ser apóstol, cuando todavía era Saulo, combatió celosamente a los seguidores de Cristo. El no era exactamente un fanático, tal como hay muchos otros, pues era capaz de admitir su error si le era debidamente demostrado. Pero era un hombre radical, a punto tal de no tolerar a aquellos a quienes él consideró inconvenientes.

Esa es una clase de fanatismo que tiene cura. Arrestó a personas para ser llevadas ante tribunales. Se consideró una especia de guardián de las tradiciones judaicas. Creyendo que estaba siempre en lo correcto, realizaba su obra espiritual con esmero y determinación.

Después que cayó de su cabalgadura, derribado por Jesús, Aquél a quien él estaba combatiendo, en un momento cambió de bando. De combatiendo del lado equivocado, se convirtió en predicador del lado correcto. Ya no fue un combatiente, ni estuvo en el bando equivocado. Ahora trabajó para salvar.

Era el hombre justo para ser enviado a los gentiles. Entre los judíos cristianos no era muy conveniente que se quedara, pues había persecución, incluso él mismo había participado en la muerte de Esteban. Poseía la personalidad adecuada para ir a los gentiles: era valiente, osado y de temperamento colérico (personas muy determinadas a actuar y seguir adelante); enfrentaba las dificultades sin retroceder; siempre estaba convencido de lo que creía; era un gran líder, educado y gran orador. Además de todo eso, tenía doble nacionalidad: era judío y también romano. Estas características contribuyeron para que Dios utilizara a Pablo enviándolo como apóstol a los gentiles.


Los antecedentes de Pablo

¿Quién era Pablo?

Había nacido fuera de Judea, en la ciudad de Tarso, capital de Cilicia, actualmente Turquía. Esta era una ciudad perteneciente al Imperio Romano, por lo tanto había nacido como ciudadano romano. Y como era hijo de padres pertenecientes a la tribu de Benjamín, también recibió la ciudadanía judía.

Fue educado por el maestro de la Ley más famoso de la época, Gamaliel. Se convirtió en un fariseo convencido. Fariseo quiere decir “separado”. Constituían un grupo reformador que pretendía purificar la nación y defender la ortodoxia, esto es, cumplir la creencia al pie de la letra.

Con el tiempo los fariseos se convirtieron en legalistas y ritualistas, queriendo cumplir la ley hasta en los más mínimos detalles, que a su vez fueron inventados por ellos. Eran fuertemente apoyados por el pueblo. Además, a diferencia de los saduceos, que provenían de la aristocracia, los fariseos provenían del pueblo, de la porción más estudiosa y culta. Dominaban el Sanedrín, el principal tribunal religioso de los judíos hasta la destrucción de Jerusalén. A pesar de su autoridad y notoriedad, formaban un grupo minoritario.

Pablo era, de hecho, un fariseo. Extremadamente celoso en sus creencias judías y de la Torah. Entendía mucho del Antiguo Testamento. Pero le faltó apenas una cosa: entender a quién apuntaba esa porción de las Escrituras: a Jesús, a quien él tanto perseguía. Cuando se dio cuenta de su error, favorecido por las enseñanzas que había recibido, cambió su actitud y se convirtió –en vez de un enemigo– en un siervo de Dios.

Este Pablo nos aporta un gran ejemplo. Podemos equivocarnos por ser celosos como él, pero jamás debemos permanecer en el error después de darnos cuenta de la situación en la que estamos. Personas con esta capacidad son importantes para Dios; aquellas que, si descubren que se han equivocado, son humildes y aptos para los cambios necesarios. El celo puede ser reorientado, siempre que sea necesario. Hoy la iglesia necesita de esas personas. Porque nuevamente estamos enfrentando tiempos decisivos.


Pablo: Su conversión y llamamiento

Saulo, un hombre de profundo celo y sinceridad, con una doctrina correctamente basada, aunque orientada equivocadamente. Su estrategia consistió en aplicar el celo por medio de la fuerza. Y eso no es una estrategia basada en el amor. Jesús no convertía a las personas por la fuerza, sino por la atracción de la belleza de su mensaje. Su orientación también estaba equivocada, porque estaba dirigido hacia los que estaban en el camino correcto, conforme los libros que él había estudiado, en los cuales se había vuelto una persona culta y educada.

Hacia el fin de los tiempos, el fanatismo religioso hará las cosas de manera diferente. Habrá un celo fanático y radica, con una doctrina errada, basada en un conjunto de dogmas falsos, y dirigida a un blanco equivocado. ¿Podemos entender la relación? Los líderes de la falsa adoración lanzarán a los adoradores de la bestia en contra de los adoradores de Dios. ¿Cómo derribar a éstos de su caballo, tal como lo hizo Dios con Saulo? Difícil, ¡casi imposible! Derribar a Saulo fue fácil, él era sincero, aún en su error, y éste se basaba en apenas dos cosas, en la estrategia (cómo actuaba) y en su orientación (a quién combatía). Hoy, aquellos que combaten la verdad se equivocan sabiendo lo que están haciendo, son conscientes que están intentando llevar al mundo entero a la adoración a Satanás, lo saben.

Saulo, por iniciativa propia, pidió cartas de recomendación al sumo sacerdote para apresar a los que se habían apartado del Camino (aquellos que predicaban según el mandato de Jesús). Pero en el camino a arrestar a los que estaban en el Camino, Aquél a quien Saulo estaba combatiendo bajó a hablar con él. Le preguntó por qué lo perseguía. Y cuando Saulo le preguntó quién era, la voz dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”.

Saulo conocía la doctrina, sólo le restaba hacer de ella el uso correcto. Al igual que Jesús, a quien estaba persiguiendo en las personas de sus seguidores, se convirtió en la “luz” de los gentiles, conforme Isaías 49:5, 6 había anunciado que Jesús sería “luz para los gentiles”, no sólo para “restaurar” a las tribus de Israel. Saulo entonces se convirtió en Pablo y, al igual que Jesús, se convirtió en la “luz” para los gentiles.

A través de Pablo, y de los demás predicadores que le siguieron hasta los días de hoy, los gentiles también se vuelven hijos e hijas de Abrahán, y hermanos de Cristo, habilitados para la vida eterna.


Pablo: Un hombre de pasiones semejantes

¿Cuáles fueron algunos elementos que conformaban los rasgos del carácter de Pablo?

Pablo y Bernabé tuvieron una discusión fuerte. Ninguno de los dos estaba dispuesto a cambiar su postura, y tuvieron que separarse. La discusión se había originado por causa de Marcos, un joven discípulo que en una oportunidad anterior había dejado solo a Pablo en una gira misionera. Pablo no había perdonado esta actitud de Marcos y no estuvo dispuesto a llevarlo nuevamente. Bernabé, sin embargo, quería brindarle otra oportunidad a Marcos (ver Hechos 13:13, 14; 15:37-39).

Por lo que parece, Pablo era duro para perdonar, y también era demasiado rígido y combativo en sus posturas. Estas cualidades, en verdad, no constituyen rasgos de carácter recomendables para un siervo de Dios. Eso evidencia que Pablo, un gran siervo de Dios, también tenía sus debilidades. El mismo las admitió, al decir que no hacía lo bueno que quería hacer, y lo que no debía hacer, cuando se daba cuenta, ya lo había hecho (Romanos 7:19-25).


Pablo era pecador y, en ciertos aspectos, caía en pecado porque era también bastante nervioso, del tipo colérico. Por eso, él mismo dijo que necesitaba cuidarse de que, al predicar a otros, él mismo no quedara en posición de ser descalificado (1 Corintios 9:27). Y para que no se ensoberbeciera, otra de sus flaquezas, tuvo que aprender a convivir con un “aguijón en la carne”, algo que no reveló exactamente qué es lo que era, pero cuya función era el de mantenerlo a salvo de la soberbia (2 Corintios 12:7).

Pero hay algo muy importante en la mentalidad de Pablo: él admitía sus errores. Era capaz de ser humilde. El dijo: “Miserable hombre de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Fue eso lo que lo salvó. Por haber desarrollado la humildad, Dios pudo transformarlo, manteniendo aquél aguijón en la carne y cambiando su forma de ser.

El perfil del carácter de Pablo, por lo que podemos descubrir prestando atención a la manera en cómo escribía, podemos definirlo como alguien firme en sus posturas, directo y fulminante en sus palabras, que iba directo al punto sin rodeos, también tenía una cierta tendencia a reglamentar la forma de conducirse como cristiano (tal vez reminiscencias de su pasado fariseo), por ejemplo, evidenciado en sus recomendaciones con respecto al matrimonio o en cuanto a la actitud de las mujeres en la iglesia, etc.; era convencido, resuelto y decidido; con una personalidad fuerte que se posicionaba ante los hechos con fuerza y determinación (como ocurrió con Pedro, cuando Pablo le llamó la atención en público acerca de la forma como éste se comportaba ante los gentiles y luego de modo distinto ante los judíos, como podemos ver en Gálatas 2:11-14).

Pablo no tenía miedo. Iba a cualquier lugar, viajó mucho, fue un verdadero misionero. Tenía capacidades para la oratoria, hacía discursos elocuentes, tal como les gustaba a los griegos. Así, atrajo a los griegos y a personas de otras nacionalidades. Llegó a hablar ante altas autoridades, tales como Galio y Félix. Sabía defenderse y, en muchas oportunidades, lo hizo por cuenta propia, de modo distinto a lo que Dios finalmente terminó dirigiendo las cosas (como cuando apeló ante Félix).

Fue apedreado, náufrago, perseguido, ridiculizado, etc., pero no desistió jamás. Cada vez se volvía más humilde, porque estaba en un franco proceso de transformació n. Y Dios le dijo que, así como había testificado en Jerusalén, debía testificar en Roma (Hechos 23:11). Por lo tanto, podemos ver que Dios estaba efectivamente conduciendo la vida de Pablo. Así será con nosotros en los últimos días; nada de lo que nos ocurrirá será en vano, sin un propósito definido. Si tenemos que ir presos, es porque así alguien podrá escuchar el mensaje de salvación.

Pablo tenía grandes defectos, pero era maleable. El poder de Dios pudo usarlo, y él fue transformado. Dios se valió de sus rasgos de carácter para hacer de él el gran apóstol a los gentiles.


Vida y salvación por medio de Cristo

¿Cuál es el centro de los escritos bíblicos? Jesús. Y, en Jesús, ¿cuáles aspectos más importantes? Su muerte, su resurrección y la salvación en su nombre, esto es, la Segunda Venida. La Biblia entera gira en torno a estos temas, y en Jesús, el personaje central y el Salvador de la humanidad.

Notemos: así como Adán y Eva cayeron y hubo necesidad de que el Creador los orientara cómo serían las cosas desde aquél momento en adelante. Tuvieron que salir del Edén porque tenían que quedar fuera del alcance del árbol de la vida, para que no cayeran nuevamente en otra desgracia, esto es, vivir por la eternidad en naturaleza de pecado. La muerte fue, así, una solución para los pecadores. Hay países que adoptan la pena de muerte para resolver ciertos problemas de ciudadanos inconvenientes para la sociedad. En el contexto del pecado, la muerte –por contradictorio que esto pueda parecer– es al mismo tiempo un problema y una solución.

Más adelante, en el tiempo de la peregrinación del pueblo de Dios hasta la Tierra Prometida, Moisés dio comienzo a los escritos bíblicos. Y en ellos encontramos muchas cosas escritas que, directa o indirectamente, apuntan al plan de salvación de la humanidad. Leyendo la Biblia con humildad, podemos encontrar ese plan y podemos optar por adherirnos libremente a él. En pocas palabras, ¿en qué consiste ese plan?

· La reconciliació n entre el Creador y la humanidad a través de la muerte de Jesús (Romanos 5:10).

· Liberación del pecado, a través del cambio de nuestra naturaleza y la santificación, volviéndonos siervos de justicia (Romanos 6:18).

· Reconducidos a ser nuevamente hijos de Dios (ya no hijos de los hombres, Romanos 8:15-17).

· Para que todo esto sea posible, Jesús se dio a sí mismo en rescate por muchos, o sea, de todos cuanto lo deseen (1 Timoteo 2:6).

· Resumiendo, somos rescatados por su sangre (1 Pedro 1:18, 19).

La predicación de Pablo era ésta: ¿Cómo podemos ser salvos por Jesús? Fue por muchos lugares llevando este mensaje. Llegó hasta nuestros días, y a nosotros nos compete culminarlo para que –en nuestros días– la promesa de la salvación, la Segunda Venida, sea una realidad.


Temas de esperanza

¿Cómo saber si estamos en el camino de la salvación? ¿Cómo saber si nos salvaremos? Estas preguntas son vitales. Y hay una respuesta para ellas.

Aprendimos que somos salvos para quedar libres del pecado. Y es lógico, pues ser salvo y continuar pecado es algo totalmente contradictorio. Es por eso que la salvación es un proceso que continúa por el resto de la vida de una persona. Es decir que la persona se vuelve cada día más separada del mundo, y cada vez más relacionada con las cosas de Dios. La salvación tiene mucho que ver, (en realidad, todo que ver) con la separación de este mundo y la relación con el cielo y el reino de Dios. Hay un creciente anhelo de acercarse a Dios.

La salvación, en sí misma –y tal como lo dice la Lección– no nos hace automáticamente obedientes a Dios. Esto quiere decir que, si una vez somos salvos, no siempre seremos salvos. No es así como opera el plan. ¿Qué es lo que sucede en la persona para que esté incluida en la salvación? Es aquí donde radica la importancia de la Lección respecto de este tema.

Al ser salvada, una persona comienza un período de cambios en su vida. Este proceso (aquí, significa una sucesión de experiencias en la vida de alguien) puede durar hasta el fin de la vida de una persona. Si una persona muere en el proceso, estará salva. En ese tiempo la persona sintió voluntad de cambiar, de abandonar las prácticas antiguas y adoptar una nueva actitud, superior, de acuerdo con la Ley de Dios. Esa persona quiere abandonar las cosas del mundo. Siente cada vez más rechazo por lo que le ofrece el mundo. Siente en su fuero interior que está siendo salvada.

¿Cómo sabemos que estamos en la senda de la salvación? Si continuamos en ella, ¿seremos salvos para vida eterna? Cuando amemos cada vez más a Jesús, y las cosas que Él prometió, las cosas de lo alto; cuando –debido al amor de nuestro Salvador– nos apartamos de aquello que nos podría separar de la vida eterna. Al ser salvados, sentimos amor por Jesús, quien murió por nosotros.

En eso consiste la Ley del Amor al ser implantada en nuestros corazones y mentes. Nosotros pasamos a amar a Dios y a nuestro prójimo. A Dios, por causa del amor, deseamos obedecerle, y esto es lo contrario de pecar. A nuestro prójimo, que también pasamos a amar, deseamos ayudarlo a salvarse. Y cuando en nuestra vida ésa es nuestra principal preocupación, entonces tenemos la seguridad de que estamos en la senda correcta para la vida eterna.

En rigor de verdad, es más fácil salvarse que perderse. Pero, la mayoría deseará perderse. Y eso porque preferirán alguna cosa de aquí, aún ínfima, en lugar de esperar para tener todo allí en el Cielo. Salvarse es una opción por la cual podemos vivir mejor aún estando aquí, porque nos son anticipadas algunas bendiciones. Optar por perderse es vivir una ilusión de sensaciones aparentemente agradables, pero sólo mientras es posible.


Aplicación del estudio

Saulo, después Pablo, es un modelo para el tiempo del fin. En estos últimos días habrá muchos perseguidores. Serán personas que no soportarán la verdad revelada por Dios. Pero entre esos perseguidores ciertamente habrá un número significativo de personas sinceras, que estarán combatiendo al pueblo de Dios sin saber realmente lo que están haciendo. Estas personas necesitan ser alcanzados por los discípulos actuales. Necesitan darse cuenta que están combatiendo justamente a la Persona que ellos piensan que están defendiendo.

Muchos cristianos piensan que están adorando a Jesús pero, en realidad, están siendo engañados por falsos maestros, y adoran al enemigo de Jesús. Adoran a santos, un día, o a una estrella que es el domingo, y lo hacen con la Biblia en la mano. Son tan celosos como lo fue Pablo en su tiempo. Y llevarán a muchos ante los tribunales para que sean silenciados. Necesitan conocer la verdad pura.
Del mismo modo que ocurrió con Saulo, estos sinceros defensores de la verdad, como creen que son, al darse cuenta de su error, se convertirán en poderosos defensores de la verdad pura, y a través de su influencia, le quitarán muchos adoradores a Satanás, quienes pensaban que estaban adorando a Cristo, pero que serán llevados a las filas del último pueblo de Dios. A nosotros nos toca ser instrumentos de Dios para alcanzar a esas personas. Vendrán junto a nosotros con su primer amor, en un tiempo en el que el primer amor será fortalecido por innumerables hechos y cumplimientos proféticos en gran escala, y por el fuerte derramamiento del poder del Espíritu Santo. Vendrán a unirse a aquellos que ya hace tiempo integran el pueblo de Dios y han permanecido en él luego del zarandeo. Este grupo, así conformado, concluirá la obra de Dios.

martes, 17 de junio de 2008

mmm tendremos en cuenta?

Hace algun tiempo llevo estudiando el evento de las trompetas de apocalipsis 8, unas de las cosas que más me impresionan es que todos estos desastres son permitidos para que los habitantes de la tierra se den cuenta que existe un verdadero Dios en el cielo y de que tambien existe un Santuario o Templo desde donde se esta llevando el juicio investigador que ha de preparar un pueblo que vivira sin intercesor durante el tiempo de angustia, recordemos que los eventos que enfrenta el mundo y el pueblo de Dios bajo el toque de las siete trompetas ocurre todavía bajo la gracia (el ángel toma el fuego desde el altar del sacrificio, a diferencia de apocalipsis 16 donde el templo se lleno de humo y es imposible que la mediación de Cristo pueda continuar).Pues bien con cierto recelo es que voy a dar parte de mi investigación porque por parte de los gobiernos del mundo no se van a enterar hasta que todos reciban el golpe, no se si en estos meses atras se abran enterado de los bunkeres en noruega y distintos paises donde se han ido guardando semillas y plantas para tenerlas de reservas para en caso de un desastre de proporciones biblicas http://www.astroseti.org/vernew.php?codigo=1818http://www.elpais.com/articulo/futur...lpepifut_2/Tesademas de la construccion de tuneles y refugios subterraneos por parte de las elites gobernantes.pues bien los dejo con parte del mensaje que eh recaudado, tomenlo con discreción y analizenlo. Que el Señor los bendiga.__________________________________________________ ___________INFORME SECRETO DEL PENTAGONO: PLANETA Xinforme secreto del PentágonoEl Planeta X, Nibiru o Hercóbolus, también llamadoAjenjo por el Apocalipsis, llegaría a finales de junio?El ‘Proyecto Ajenjo’ se desarrolla en el Observatorio Solarde Learmonth (Australia) donde hay una intensa actividadLos militares del Pentágono estadounidense estudian laamenaza para la Tierra junto con el Gobierno australianoEste proyecto conjunto entre EE.UU. y Australia se debe a queel planeta X sólo se puede observar desde el hemisferio surPrefacio:Al parecer, hay un mini “Sistema Solar” de cometas acompañantes, meteoritos y polvo espacial que entran con el planeta X, que llega para el finales de junio. Más detalles en el envío siguiente.Lo que sigue es una nota de Australia para la lista de noticias de Mark Hazelwood, con respecto a una actividad creciente en el Observatorio de Learmonth (proyecto Ajenjo). En caso de que usted tenga todavía que leer el significado de este proyecto conjunto entre EE.UU. y Australia, el artículo de abajo debajo de esta nota está fijado en el sitio de la red www.planetxinbound.comChristopher RudyUn reciente informe de Australia dice lo siguiente: Paso mucho tiempo en Australia occidental y mi amigo que vive en Exmouth me llamó hace sólo un minuto. Él dijo que los locales en la ciudad están todos muy curiosos por el aumento de gente, tráfico, aviones etc. que viajan a y desde el Observatorio de Learmonth (Proyecto Ajenjo), que está a unas treinta millas por carretera. Él estima que la gente, las mercancías y el tráfico se ha triplicado durante los diez últimos días. Mucho de esto ha sido a través del aeropuerto de Exmouth. Ha habido algún alto militar entre ellos. Es una situación similar a la de la ciudad de Carnarvon. Por supuesto, no hay reconocimiento oficial de cualquier cosa fuera de lo común. Le he preguntado discretamente que olfatee más alrededor y mantendré a este grupo informado.Cordiales saludos a todosKeith en AustraliaEl artículo viene a continuación:Proyecto Ajenjo del ObservatorioSolar de Learmonth (Australia)Por Mark Hazelwoodhttp://www.planetxinbound.comEl Planeta X, su entorno de entrada y sus efectos potenciales durante el paso están siendo revelados evidentemente por nuestros propios estudios y por las acciones de los militares del Pentágono de EE.UU.Si usted fuera uno de los jefes de los militares estadounidenses, tendría conocimiento de Nibiru (nombre que los antiguos sumerios dieron al Planeta X) y desde qué dirección viene, y si desearan estudiar la entrada del planeta X tendrían que bajar al hemisferio meridional, es decir a Australia, y comenzar allí un proyecto de observación con su Gobierno.Ahora, al ser militar estadounidense, usted desearía saber todo lo que pudiera sobre aquello contra lo que tiene que defenderse. Defender a EE.UU. es su meta. Pero usted trabaja con otro Gobierno, así que usted podría decir que el proyecto tiene que ver con la defensa planetaria de estos objetos entrantes y no con otra cosa. Además, si usted fuera algo honesto sobre lo que se estudiaba podría denominarlo proyecto Ajenjo (nombre del Planeta X en la Biblia).Esto puede ser una de las revelaciones más obvias de las páginas de la red del Gobierno (URLs) que jamás haya visto prohibir, especialmente cuando se combina con lo que el diario ‘The Observer’ sacó sobre el Pentágono hace unos días en el siguiente enlace:http://www.ips.gov.au/IPSHosted/neo/index.htmlAhora pulse en el botón de la “descripción” y miran junto a una imagen del equipo del observatorio con un subtítulo debajo que dice: El telescopio del monte, las cámaras fotográficas y el equipo asociado llegaron al Observatorio Solar de Learmonth y se instalaron inicialmente en el año 2003.Y ustedes encontrarán esto de la Biblia:“El tercer ángel tocó su trompeta, y una gran estrella, ardiendo como una antorcha, cayó del cielo sobre un tercio de los ríos y sobre las fuentes de agua. El nombre de la estrella es Ajenjo.” Apocalissis 8:10-11¿Qué les parece?¡Tan claro como una campana respecto a lo que ellos estudian!El Proyecto Ajenjo.Ahora lean esto otra vez, que saqué para este grupo hace un par de días. Ahora el Pentágono le dice a Bush: el cambio climático nos destruirá. Se filtró un informe secreto suprimido durante cuatro meses por los jefes de la defensa estadounidense que dice que de repente un cambio precipitado y abrupto del clima hundirá continentes, y lanzará al mundo al caos y al desorden con la extensión de hambrunas y revueltas populares que surgirán en todo el mundo. A partir del año próximo una inundación extensa por una elevación en el nivel de los mares creará una agitación importante de millones de personas.Esto procede del Pentágono de EE.UU. y ahora está en las noticias corrientes. Supongo que si ustedes se sientan en el centro de un tema correcto suprimido bastante tiempo, incluso con los esfuerzos del equipo de desinformación, hay una oportunidad de que golpee a los medios informativos principales. Se lo dije para que no necesitemos estar aquí y para que todos sepamos que sólo puede haber una razón adicional de un objeto de fuera del sistema solar (física básica para generar bastante energía) para que suceda lo que, por supuesto, no está en los informes.El artículo en The Observer también acusa a la Administración de Bush de “ciencia de cosecha de cereza para adaptar su agenda política y de suprimir estudios que no le gustan.” (Deben de haber citado a James McCanney aquí.)Y entre los que sabemos que están muy conectados conectados (sabemos quiénes son) tienen citas aquí también: Bob Watson, principal científico del Banco Mundial y anterior presidente del Consejo Intergubernamental sobre el Cambio de Clima, añadió que las advertencias catastrofistas del Pentágono no se podían ignorar ya. Sir John Houghton, anterior jefe ejecutivo de la Oficina Meteorológica dijo que ’si el Pentágono envía esa clase de mensaje, entonces esto es un documento importante de hecho’.Finalmente tengan en cuenta que Marte también atraviesa ahora un supuesto calentamiento global, que deja claro que nuestra sucia y pequeña civilización no es la causa.Llega a ser cada vez más claro que los jugadores del Poder dentro del Pentágono y en Washington DC han conocido los temas del planeta Ajenjo y de los cambios globales masivos de clima durante por lo menos las dos últimas décadas.- Grandes instalaciones subterráneas se construyen en este país.- Reservas del alimento se colocan en ubicaciones estratégicas.- La nueva Oficina de Seguridad Patria Natal completa ello con su propia fuerza militar.- Fondos reservados del Gobierno aprobados por el Congreso que nadie sabe adónde va el dinero realmente…- Proyecto Ajenjo.- Armas espaciales cuestionables con respeto a su propósito verdadero.- Y la lista sigue.Enlaces al artículo original en inglés:http://www.planetxinbound.comhttp://www.fourwinds10.com/news/13-s...-planet-x.htmlLes dejo los videos.http://es.youtube.com/watch?v=3Nw5zc...-en-enero.html

¿y ahora?

Diario inglés anuncia que Presidente Bush podría convertirse al catolicismo Sábado 14 de Junio de 2008PolíticaEstados Unidos aqui el linkhttp://www.noticiacristiana.com/news...&idnew=83 947(NoticiaCristiana.com) El diario inglés The Telegraph, en su edición de hoy al informar sobre el encuentro privado del Papa Benedicto XVI con el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, publicó una nota en la que señala que el mandatario estadounidense estaría cerca de convertirse al catolicismo.Esta publicación afirma que durante el encuentro, el Presidente subía las escaleras que daban a la Torre de San Juan, en los jardines vaticanos, repitiendo “¡Qué honor, qué honor, qué honor!”Tras oír al coro que cantó para ambos, siguieron su camino hasta la gruta de la Virgen de Lourdes, precisa The Telegraph, en donde Bush no se arrodilló, pero “se cree que sí rezó con el Papa en privado”, como lo hicieron “en la Oficina Oval de la Casa Blanca”.The Telegraph indica luego que distintos diarios italianos han estado comentando la noticia, especialmente Il Foglio.Esta publicación italiana cita a un “eclesiástico que conoce bien la Curia romana y los Estados Unidos”. Según esta fuente “todo es posible, especialmente para alguien renacido como Bush. Ciertamente si cualquier cosa debiera suceder, será después de culminar su mandato presidencial, no antes. Similar a (Tony) Blair, pero con contextos ligeramente diversos”.Este diario italiano recuerda también que el ex gobernador de Florida y hermano del mandatario, Jeb Bush, ya se ha convertido al catolicismo; y que la conversión de George debería ser más sencilla que la del “líder laborista (Blair)”.De otro lado, ya el 13 de abril, antes de que el Papa llegara a Estados Unidos, el diario estadounidense The Washington Post publicaba un artículo titulado “A catholic wind in the White House” (Un viento católico en la Casa Blanca), en el que comparaba el caso de Bush con el de Tony Blair, ex Primer Ministro inglés que se convirtió al catolicismo al dejar su cargo.Este artículo citaba, sin mencionarlo, al P. George William Rutler, un sacerdote converso del anglicanismo en 1979 y amigo de Bush, que comentaba que al mandatario “lo que lo fascina del catolicismo es su plausibilidad histórica. Aprecia la teología sistemática de la Iglesia, su fuerza de persuasión y su estabilidad intelectual”. “Bush respeta el modo en el que el catolicismo comienza, con la noción de que el papado es querido por Dios y que el Papa es el Sucesor de Pedro”.The Washington Post afirmaba también que George W. Bush “actualmente asiste a una iglesia episcopaliana en Washington y pertenece a una iglesia metodista en Texas”

lunes, 16 de junio de 2008

jovenes- leccion 12- junio 2008


Leccion especial para jóvenes que no se edita en varios paises de Hispanoamerica.

Si bien se envia como adjunto a este mensaje, este material también puede descargarse desde estos enlaces:

FORMATO PDF (unicamente)
http://www.archive.org/download/EscuelaSabatica2008-2/2008-02-12LeccionUniversitarios.pdf

http://www.fileqube.com/shared/PPYVxn39958
UN ENCUENTRO CON LA PALABRA FM CUALIDADES
93.9 VIERNES 21 HS
IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA- LOS HORNOS

libro complementario- leccion 12- junio 2008.-



Capítulo 12

El ministerio sumosacerdotal de Jesús


M

e dirigía hacia California para predicar en una reunión, y quien me había invitado me había sugerido el tema de mi presentación: "El futuro de la teología adventista del San­tuario". Durante el vuelo comencé a conversar con un caballero que estaba sentado junto a mí; y después de intercambiados los saludos de rigor (dónde vivimos, hacia dónde nos dirigimos), llegamos al tema de los propósitos de nuestros respectivos viajes. Le dije que yo iba a presentar un tema.
La conversación cesó y cada uno se dedicó a lo suyo hasta la ho­ra de la comida (en aquellos días se servía una comida en los vuelos largos en Estados Unidos).
—¿Y de qué va a hablar? —me preguntó después de la comida.
Mientras luchaba para hallar las palabras adecuadas para expli­carle en forma comprensible mi tema, describírselo en términos que pudiera relacionarlos con su vida, aprendí algo acerca de la necesidad de expresar nuestro "mensaje del Santuario" en categorías accesibles a nuestros contemporáneos. Y yo sugeriría que una forma es darle un toque de humor.
Quizá esto le sorprenda y le parezca inaceptable a primera vista, dada la naturaleza sumamente seria del tema. Pero no creo que nos dañe para nada admitir que tenemos entre manos un tema desusado, un concepto que está fuera del trillado sendero de la comunidad. Es asombroso descubrir cuan dispuesta está la gente a escucharnos cuando descubren que tenemos sentido del humor y no nos toma­mos a nosotros mismos demasiado en serio.
De modo que antes de responder una pregunta como la que me planteó aquel caballero en al avión aquel día, quizá decidamos adver­tirle a nuestro oyente que puede ser que nuestras respuestas le suenen extrañas, que quizá le bloqueen la mente, y, ¿está listo para ese desafío?
En otras palabras, deliberada, y humorísticamente, lo hacemos sonar peor (es decir, más descabellado y complejo) de lo que pro­bablemente es. De esa manera lo preparamos para que cuando ter­minemos, diga: "¡No estaba tan difícil, después de todo!"
Y, ciertamente, no lo es. Grandes cantidades de personas en el planeta están relacionadas con el concepto básico de sacerdotes y sa­cerdocio. Nuestro trabajo, entonces, es, simplemente, redirigir su pensamiento hacia la realidad de algo similar a nivel cósmico. En la medida en que la persona esté familiarizada con el hecho de que un sacerdote es, esencialmente, alguien en quien podemos sentirnos se­guros al confiarle nuestras confidencias y confesiones, podemos ini­ciar una conversación. (Más tarde podemos pedirle que abandone la noción de que se puede encontrar ese tipo de ministerio en la tie­rra.) Pero por el momento podemos utilizar esa idea común para se­ñalarles a nuestro Sumo Sacerdote a quien podemos aproximarnos "con confianza", plenamente convencidos de que "puede compade­cerse de nuestras debilidades" , pues fue "tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado" (Hebreos 4:14-16).
Y deberíamos enfatizar el punto de que podemos ir a él directa­mente, sin la intervención de ningún mediador humano o angélico. En una época cuando todos están buscando, ansiosos, alguien que quiera escucharles, usted les dice (por su experiencia personal) que podemos acercarnos "confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar miseri­cordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16). ¡Deben saber, además, que las líneas siempre están abiertas, nunca se escucha una señal de "ocupado", y jamás escuchará una máquina contestadora! Y recuerde, usted debe tener buen sentido del humor para que todo funcione: tienen que ver su sonrisa y sentir el relajamiento en su voz.
Como las nociones de "sacerdote" y "sacerdocio" , la noción de "Santuario" también es muy común. "Ofrecer Santuario" es una ex­presión universal para referirse a proporcionar protección y seguri­dad. La brillante novelista inglesa, Edith Pargeter (que usa el pseu­dónimo de Ellis Peters), presenta una interesante ilustración del concepto de santuario en la descripción que hace de un joven fugiti­vo quien, perseguido por una multitud asesina, irrumpe en la iglesia del monasterio y se aferra al "borde de la cubierta de tela del altar con desesperación de vida o muerte".
Mientras es brutalmente golpeado por la chusma, que lo ha se­guido hasta dentro del recinto sagrado, el Abad Rudolphus, apoyado por sus compañeros monjes y otros "hermanos" acude a rescatarlo. "¡Salvajes! ¡Deténganse! ¡Blasfemos!", continuó diciendo Rudol­phus, "¡Salgan de este lugar santo inmediatamente! ¡Vamos, antes de que yo condene sus almas eternamente! "
Todos reconocieron instintivamente la acción del fugitivo. "Si la ley misma estuviera aquí", continuó Rudolphus, "no hay ningún po­der que pueda sacar a este hombre del santuario en que ha venido a refugiarse. Ustedes debieran conocer su derecho a esa protección tan bien como yo. Y el peligro para el cuerpo y el alma de todo aquel que se atreva a profanar el santuario. ¡Fuera! ¡Llévense la contami­nación de su violencia fuera de este santo lugar!" [1]
La noción sobre la cual Peters basó su historia es tan bien cono­cida ahora como lo fue en el siglo XII, y empleada en una amplia variedad de contextos en relación con los refugiados, prisioneros po­líticos, especies animales en peligro de extinción, etcétera.
Considerada así, la noción de "santuario" nos da un fondo co­mún del cual sacaremos información mientras tratamos de presentar al Santuario celestial como un lugar de seguridad, protección y sani­dad. Sí, es verdad que el ministerio celestial de Jesús incluye el juicio (el cual, por desgracia, no trataremos por falta de espacio), pero si comenzamos allí nuestras indagaciones podemos distorsionar esta maravillosa verdad bíblica cuyo propósito fundamental es propor­cionar esperanza a la humanidad cargada con el peso de la culpa y la desesperación. Después de todo, quienquiera que seamos, ese mi­nisterio es nuestra única fuente de esperanza.
Sólidamente bíblica
La prueba final de cualquier doctrina es si tiene o no un sólido fundamento escriturístico. Y con respecto al concepto fundamental del Santuario, ningún erudito bíblico tendría la temeridad de negar que se encuentre en toda la Biblia. El Santuario estaba en el mismo centro de la adoración israelita, y el Nuevo Testamento aclara sin nin­gún lugar a dudas, tanto simbólica como explícitamente, que la anti­gua economía ha sido sustituida ahora por una economía celestial.
La mayor indicación simbólica se produjo mientras Jesús moría: "El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Mateo 27:51). Y el significado es inevitable: el viejo orden había sido irrevocable­mente cambiado por aquel que rompió el enorme velo de arriba ha­cia abajo, exponiendo a la vista de todos un lugar antes considerado sagrado, pero que ahora ya no lo era. En lo sucesivo el símbolo ha­bló con palabras demasiado claras para confundirlas: el foco de atención ha cambiado de la tierra al cielo. Aquel que fue proclamado por Juan como "el Cordero de Dios" (Juan 1:29) acababa de ser ofrecido en sacrificio: él mismo era tanto la víctima como el sacer­dote. Y ahora, por medio de su muerte, entraría, no a un Santuario terrenal, un templo hecho con manos humanas, sino al "verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (Hebreos 8:2). Esteban, antes de ser apedreado hasta morir, vio en visión a Jesús en aquel sagrado lugar, y expresó la sublime revelación en palabras que hizo que sus acusadores se taparan los oídos para no escuchar el extraordinario testimonio: "He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios" (Hechos 7:56).
Algo muy importante que debe notarse en conexión con la "pre­sente obra" de Jesús en el Santuario celestial es que no empaña su obra terminada en la cruz. Debemos sostener con la más irreductible insistencia que cuando Jesús murió en la cruz del Calvario hizo una completa expiación por nosotros. Como escribí en otro lugar, cuan­do los adventistas hablan de la obra actual de Cristo, "no le restan im­portancia en lo más mínimo a la centralidad de la cruz. Más bien, lo que se proponen es sugerir que la cruz alcanza más allá del Calva­rio, más allá del año 31, d.C.; llega hasta el Santuario celestial mis­mo, el asiento del gobierno divino, el nervio central de la salvación humana, donde Jesús ha entrado como 'precursor nuestro, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec' ". [2]
Algunos tienen dificultades para comprender cómo pueden estos dos conceptos ser paralelos, sin entrar en conflicto el uno con el otro. Debemos ser pacientes con ellos, pero nunca debemos aban­donar aquello que es tan bíblicamente claro, a pesar del número de cristianos que nunca lo comprendan, o lo acepten.
Dos preguntas muy comunes
1. ¿Qué hace en realidad Jesús como sumo sacerdote?
La pregunta no es fácil de contestar de modo que la respuesta sea lógica para la mente científica. Lo que haremos finalmente será, sim­plemente, dejar que la Biblia nos proporcione su propia respuesta.
En los capítulos 1-7 de Hebreos, el escritor urde un elaborado teji­do teológico para expresar su idea acerca de la singularidad de Jesús. Luego, al llegar al capítulo 8, resume el tema que ha venido elaborando: "Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que te­nemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero ta­bernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (Hebreos 8:1, 2).
Lo que sigue en los capítulos 8 y 9 de Hebreos sería una serie de comparaciones y contrastes entre la economía del antiguo taberná­culo y el "mejor", es decir, el superior, el ministerio del Santuario ce­lestial que lo sustituyó. El capítulo 9: 11, 12 nos da la esencia: "Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención".
Aquí hay dos cosas que el autor quiere que sus lectores entiendan. Una es el significado teológico de estas realidades, y la otra es su di­mensión práctica. El significado teológico, ya resumido en 8: 2, es que ahora tenemos un sumo sacerdote superior, el Hijo del Dios viviente. Como los antiguos sumo sacerdotes, es humano; pero a diferencia de ellos, él es divino y absolutamente perfecto. Sobre la base de su hu­manidad, tiene la capacidad de "compadecerse de nuestras debilida­des" (Hebreos 4:15); y sobre la base de su divinidad "puede también sal­var perpetuamente a los que por él se acercan a Dios" (7:25).
El punto práctico del apóstol se centra alrededor de la idea de ac­ceso. Dentro del entorno físico del antiguo campamento israelita, los adoradores ordinarios quedaban separados del Lugar Santísimo del Santuario por varias barreras que nunca podrían franquear. Solo el su­mo sacerdote tenía acceso, y eso una sola vez al año, en el Día de la Expiación. Pero ahora, a través de Cristo, nuestro Mediador celestial, se ha abierto una puerta de acceso ilimitado para nosotros, sin distin­ción de ninguna dase, una puerta al Santuario celestial mismo, a la sala del trono del Dios viviente. "Acerquémonos, pues, confiadamen­te al trono de la gracia", dice el escritor sagrado, "para alcanzar mise­ricordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:16).
¿Entonces, qué está haciendo? De acuerdo con Hebreos, en su fun­ción de sumo sacerdote, "en cuanto él mismo padeció siendo tenta­do, es poderoso para socorrer a los que son tentados" (Hebreos 2:18); intercede por nosotros (7:25), obra para dar solidez a la lealtad de su pueblo escribiendo sus leyes en sus mentes y corazones (8:3-10); por medio de su sangre limpia nuestras "conciencias de obras muer­tas para que sirváis al Dios vivo" (9:13, 14); y obra para poner fin al larguísimo período de crisis que los adventistas llamamos el conflic­to de los siglos (10:11-13).
No podemos saber con exactitud la forma en que Jesús realiza su intercesión por nosotros. Pero las Escrituras nos ofrecen varios ejemplos de la idea general, aunque sea desde el punto de vista humano. Dos de estos ejemplos ocurrieron en la vida de Moisés, en conexión con la re­belión de Cades (Números 14:10-20) y en conexión con el becerro de oro (Éxodo 32:9-14, 30-32). "Que perdones ahora su pecado", dijo Moisés a Dios, "y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito". También pode­mos ver estas formas de intercesión sacerdotal en Daniel (Daniel 9) y en la gran oración de Jesús antes de su pasión y muerte (Juan 17).
La función de Cristo en el Santuario celestial abarca muchas di­mensiones, pero en el nivel personal podemos reducirlo a la interce­sión. Y para comprender lo que eso significa tenemos su oración en Juan 17 como ilustración. Como una forma de comprender lo que él está haciendo ahora por nosotros, ese capítulo es de una importancia suprema. Cuan maravilloso es saber que Jesús mismo intercede por nosotros, ora por nosotros, y nos lleva sobre su corazón que una vez sangró por nosotros.
2. ¿Tienen aquellos que conocen a Jesús solo como Salvador una desventaja comparados con aquellos que lo conocen como Sal­vador y como Sumo Sacerdote?
Lo difícil aquí es contestar esta pregunta inmensamente difícil sin hacer comparaciones ofensivas con otros cristianos. Cualquier adventista que ha interactuado con personas de otras denominacio­nes (incluso con personas "seculares") admitiría fácilmente que los encuentra tan corteses y refinados, pacientes, misericordiosos, gene­rosos y moralmente rectos como nosotros; y a veces (la verdad sea di­cha) mejores. Por eso constituye un asunto considerablemente deli­cado señalar con el dedo donde está la diferencia, si es que hay algu­na. ¿Cuál es el beneficio práctico y teológico de "nuestro mensaje del Santuario"?
Yo sugeriría que, finalmente, se reduce a la cuestión de lealtad y fidelidad. Es significativo que cuando el autor de Hebreos quería es­tablecer la fe de sus lectores, se volvió a la doctrina del Santuario:
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe [...]. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que pro­metió" (Hebreos 10:19-23).
El lenguaje del pacto y la fidelidad permea el libro de Hebreos. Y la diferencia que estamos buscando se encuentra precisamente aquí, y tiene la asombrosa implicación de entrar "al Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo" (cf. véase Hebreos 4:16).
Seguir a Jesús por la fe hasta el Lugar Santísimo significa, no solo tener nuestra alma purificada por su maravillosa gracia, sino tam­bién experimentar un nuevo aprecio por el pacto eterno, simboliza­do por su inmutable ley colocada dentro del arca sagrada, que anti­guamente estaba en el lugar más sagrado detrás del velo (Hebreos 8:10). Esta transacción, de gran significado en el contexto de lo que los ad­ventistas llamamos "el gran conflicto entre el bien y el mal", define la diferencia que la enseñanza del Santuario hace para nosotros. Por fe podemos entrar con plena seguridad al sagrado lugar donde Jesús ministra en nuestro favor. Y allí, en contra de todas las probabilidades, nos aferramos a aquel cuya infalible promesa está simbolizada por el arca del pacto.
Daniel, en el cautiverio babilónico, comprendió esto. Fue su enorme preocupación por el Santuario la que creó y preservó su in­vencible lealtad y fidelidad a Dios frente al peligro de muerte. No es por accidente que el punto central de su libro es la soberanía de Dios y la integridad de su Santuario, dos elementos que lo sostuvieron du­rante la crisis de adoración instigada por los funcionarios de mayor rango en el gobierno, diseñada para destruirlo. Para él era elemental el hecho de que el decreto de no hacer ninguna petición a ningún dios, excepto a Darío, durante treinta días, bajo pena de muerte en el foso de los leones (Daniel 6:5-9), constituía una afrenta directa y abierta contra la ley de Dios que formaba la base del pacto de Yahweh con su pueblo, simbolizada por el arca del pacto que estaba alojada en el Lugar Santísimo del templo hebreo. "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20:3), decía el primer precepto.
Daniel comprendió que de todas las instrucciones que Yahweh le había dado a Moisés, aquellos Diez Mandamientos eran el único seg­mento que Dios había decidido escribir con su propia mano. Y cuando, con santa indignación, Moisés había roto las tablas originales, ni si­quiera entonces confió Dios que los escribieran manos humanas. ¡Más bien, él los escribió la segunda vez! (véase Deuteronomio 10:1, 2). Aquel fue el documento que, bajo la explícita indicación de Dios, Moisés colocó dentro del arca sagrada, en del departamento más oculto del taberná­culo, indicando con ello su asombrosa importancia y santidad.
La historia está allí para que la lea el que quiera. Y es una arro­gancia espiritual solo igualada por Satanás, que una persona o un grupo de personas pretenda alterar o abrogar lo que Dios mismo ha escrito. Pero el Santuario se yergue contra cualquier intento en este sentido, y por eso figura en la lealtad y la fidelidad del remanente fi­nal. Daniel se levanta como un símbolo del remanente escatológico, que decidirá honrar a Dios no importa cuan grandes sean las ame­nazas o la crisis que afronten.
Elena G. de White contempló en una visión los símbolos que muestran estos importantes elementos de la verdad. Dice que vio en el Santuario celestial "los Diez Mandamientos escritos", con "un ha­lo de gloria alrededor del mandamiento del sábado". [3] De tal simbo­lismo los adventistas han llegado a comprender el gran valor divino colocado sobre aquellas Diez Palabras. De modo que, a diferencia de toda la cristiandad, lista para tirar por la borda cualquier porción de la santa ley de Dios que encuentran inconveniente o incómoda, los ad­ventistas están preparados para permanecer firmes en su lealtad, sin importarles el costo.
Anclados en ese firme fundamento, nos mantenemos seguros contra todo concepto o filosofía (sea la evolución, el ateísmo, el ma­terialismo, o cualquier otro) que intente derribar al Dios eterno de su sagrado trono o disminuir la validez de su eterna ley guardada bajo el propiciatorio, el trono del poder universal. Morando allí en espíri­tu, nos mantenemos inconmovibles contra cualquier cambio, ya sean puntos de vista que conduzcan al abandono de la santa ley de Dios, o conceptos evolucionistas de los orígenes que procuran ex­pulsar al Dios viviente de su universo. La doctrina del Santuario llega a ser, de este modo, una protección para nosotros contra la rebelión, y asegura para Dios un remanente fiel en un mundo en rebelión.
Tanto práctico como personal
A medida que meditamos en el tema del Santuario para nuestra propia edificación y enriquecimiento, y mientras procuramos com­partirlo con otros, deberíamos recordar siempre mantenerlo en la tierra, al alcance de todos. Hay, por supuesto, ciertos aspectos técni­cos, de la doctrina. Pero procuremos mantenernos conscientes de que es tanto práctico como personal. Deberíamos dar a la gente la oportunidad de conocer (si seriamente es verdad para nosotros) lo que este mensaje ha llegado a significar en nuestra vida personal.
En mi caso, el pasaje del Santuario del Salmo 20:1, 2 me ha ayu­dado enormemente a comprender la parte práctica y personal del ministerio celestial de Jesús. Dice: "Jehová te oiga en el día de con­flicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sión te sostenga".
No, no veo en el pasaje nada parecido a una fórmula mágica; ni supongo tampoco que apelando a su promesa le tuerza el brazo a Dios en mi favor. Y sin embargo, mi testimonio es que en todo tiem­po de extrema dificultad o crisis, cuando apelé a Dios en el contexto de esta promesa, él me ha ayudado.
A cualquiera que pregunte por qué apelar a Dios en el contexto del Santuario celestial debiera hacer una diferencia, mi respuesta siempre está lista: En realidad no sé. Pero tampoco sé cómo funciona la electricidad, o mi computadora. Pero las utilizo todos los días.
No, no oro con frecuencia en el contexto de la promesa del Sal­mo 20. Pero en tiempos de extrema y genuina dificultad, el Espíritu me trae la promesa a la memoria, y me refugio allí. Y como una ex­plicación a mi propia mente de lo que está sucediendo, vuelvo a la oración de Salomón en la dedicación del templo de Jerusalén. Una y otra vez, el rey alude a la centralidad del templo, pidiendo a Dios que oiga "la oración de tu siervo y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar" (1 Reyes 8:30). No menos de siete veces expresa Salo­món el mismo sentimiento apelando cada vez a Dios a escuchar a su pueblo cuando, en tiempos de calamidad, "oraren a Jehová con el rostro hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que yo edifiqué a tu nombre" (1 Reyes 8:44). Y en cada caso, el rey se adelantó a su tiempo, reconociendo que, mientras se enfocaba su atención en el templo terrenal, conocía la verdadera fuente de su ayuda, repitien­do una y otra vez la fórmula: "Tú oirás en los cielos su oración" (1 Reyes 8:45).
Como Daniel comprendía este concepto, cuando hizo frente a una gran crisis oraba tres veces al día, "abiertas las ventanas de su cá­mara que daban hacia Jerusalén" (Daniel 6:10). Y cuando oró hacia Jerusalén y hacia el templo en ruinas, Dios escuchó desde su morada en el cielo, y contestó su oración.
De modo que, con fe sencilla digo que algo ocurre cuando ora­mos hacia el Santuario, no hacia el templo terrenal (porque su tiempo ha pasado), sino hacia el celestial, donde Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote, ministra en nuestro favor. No puedo explicarlo, pero es como si Dios se llenara de gozo porque nos acercamos a él en el contexto del ministerio sumosacerdotal de su Hijo Jesús en ese sa­grado lugar.
Para mí, personalmente, entonces, el ministerio sumosacerdotal de Jesús está muy lejos de ser teórico, lejos de ser abstracto. Es parte de mi vida espiritual, y me llena de esperanza y confianza. Y me alienta grandemente saber que alguien está de mi parte en el mismo centro del poder cósmico.
[1] Ellis Peters, The Sanctuary Sparrow (Nueva York: William Morrow & Company, 1983), pp. 10, 13.
[2] Roy Adams, El Santuario (Bogotá: Asociación Publicadora Interamericana, 1998), p. 142.
[3] Elena G. de White, Christian Experience and Teaching, pp. 90, 91.